DE LEYENDA

De jugadores, entrenadores y clubes

Y es que, en el futbol, cuando las cosas salen bien, son fantásticas, pero cuando salen mal duelen, pesan y cuestan. Así que esta temporada de futbol europeo promete mucha emoción dentro y fuera de la cancha

OPINIÓN

·
Gustavo Meouchi / De Leyenda / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La temporada de futbol europeo ha comenzado y nos ha traído muchas imágenes interesantes que reflejan ese extraño equilibrio que hay entre jugadores y clubs.

Vimos a Robert Lewandowski meter su primer gol con el F.C. Barcelona y aunque fue en un partido amistoso, el último de la pretemporada, el alivio y la alegría que reflejó el festejo hace que nos olvidemos por un momento del traumático episodio que fue su salida del Bayern München, hace apenas unas semanas.

También tenemos otra postal, mucho menos alegre. Ese mismo fin de semana vimos la cara de frustración de Cristiano Ronaldo, al iniciar el partido debut de la temporada de la Premier League, sentado en la banca. Insólito.

Ambas fotografías parecen hablar de cosas muy distintas, pero en realidad nos revelan una tensión constante entre jugadores y clubs.

Empecemos por Cristiano. Todos conocemos la historia. Con apenas 18 años, llegó al Manchester United, club emblema de la Premier League, procedente del Sporting de Lisboa, un equipo que suele oscilar en las posiciones de media tabla de la liga portuguesa. La clave de su fichaje fue que el mítico entrenador Sir Alex Ferguson lo vio encabezar una ofensiva que llevó al Sporting a ganar, en su casa, al Manchester 3-1, aquel inolvidable 6 de agosto de 2006. Tres días después, Cristiano debutaría con el equipo inglés e iniciaría una época gloriosa para los diablos rojos, que concluiría con el entonces fichaje más caro de la historia, cuando finalmente CR7 saldría al Real Madrid.

Siempre con la dirección de Sir Alex, el Manchester United no solo le dio a CR7 un contrato enorme, el primero de una carrera muy productiva económicamente, sino que lo ayudó a definirse como un tipo de jugador concreto. En el club se le enseñó a pasar de ser un extremo puro a un rematador especialista, lugar desde el que ha conseguido los títulos y récords que tiene hasta el momento.

Tan bello como suena, ese periodo estuvo plagado de desencuentros. CR7 tuvo problemas con sus compañeros de equipo, con la afición y, aunque el tiempo lo haya suavizado, con el propio Sir Alex. Varias veces se habló de su salida, era claro que él quería irse a una vitrina más grande, como también lo era que el club deseaba retenerlo.

Y aquí nos encontramos en la encrucijada clave. A primera vista todo debería ser simple. Los jugadores quieren jugar, los clubes quieren que jueguen. Los jugadores quieren ganar, los clubes también. Los jugadores ponen el juego, los clubes los medios. Sencillo, ¿no? El problema son las asimetrías.

Nos guste o no, el deporte profesional no es un campo parejo. No todos los deportistas tienen el mismo talento, la misma disciplina, ni iguales metas o intereses. Y los clubes tampoco tienen los mismos recursos y la misma visión sobre cómo deben gestionarse.

¿Se puede juzgar a Cristiano por querer ir a un club que según él lo acercaba más a sus metas justo cuando el Manchester United se había configurado para arroparlo, a costa incluso de otros jugadores? Racionalmente no.

Así, los diablos rojos hicieron lo que en su momento hizo el Sporting de Lisboa, dejar ir a su jugador emblema, a cambio de una muy buena cantidad de dinero. Ganar, ganar, ¿verdad?

Más de una década después, el año pasado, cuando la corta aventura de CR7 con La Juve no dio los resultados esperados, ni para el club ni para el jugador, Cristiano volvió a Inglaterra a vestirse de nuevo de rojo. Las expectativas eran enormes y parecía que otra vez sería un acuerdo mutuamente satisfactorio. El club, pese a su historia, ha tenido problemas para conseguir un nivel competitivo en una liga tan compleja como la Premier y requerían una figura de garantías y CR7, que mantiene un forma admirable y una motivación extraordinaria, deseaba un espacio para luchar por sus objetivos, sabiendo que se acerca al final de su carrera. Por todo ello parecía que el arreglo entre jugador y club era inmejorable.

Dice el dicho que segundas partes nunca fueron buenas y al menos la primera etapa de esta ha resultado decepcionante para todos los involucrados. El Manchester United no logró ser un contendiente sólido por el título de su liga, es más, ni siquiera alcanzó a llegar a los puestos que le permitirían disputar la Liga de Campeones de la UEFA esta temporada.

Resulta claro que Cristiano Ronaldo no es el problema del equipo, aunque pesa mucho en el ánimo de todos, empezando por el suyo propio, no ser tampoco la solución. Así, en el pasado mercado de fichajes, se rumoró que el delantero deseaba salir. Eso no sentó bien a la afición del club, el ídolo los abandonaba una vez más, en tiempos de necesidad. ¿Puede juzgarse a CR7 por tratar de buscar un proyecto con mejores posibilidades de acercarlo a sus metas? Racionalmente no, de nuevo. El punto es que aparentemente ningún club quiere o puede apostar por el portugués en las condiciones actuales.

Por otro lado, es verdad que en el Manchester United no parecen dispuestos a mucho más por el jugador. Sir Alex ya no está en el banquillo y su nuevo entrenador tiene un estilo disciplinario que quizá no le siente bien a una gran estrella con el temperamento de CR7.

Así, con mucha menos ilusión que hace un año, delantero y equipo inician un camino juntos que, por el bien de ambos y del futbol, esperemos sea mucho mejor que su debut en la temporada.

Regresemos a España para ver que quizá la historia de Lewandowski no es tan distinta. Llegó al Borussia Dortmund del Lech Poznan polaco y ahí, bajo la tutela de Klopp, perfeccionó su juego y adquirió habilidades que le permitieron destacarse. Algunos años después fue comprado por el Bayern München para establecer el más largo periodo de liderato de la Bundesliga de los últimos tiempos. Sin embargo, recientemente el equipo alemán se mostró reticente a comprometerse con el jugador a un contrato de largo plazo. Es verdad que Robert, como Cristiano, ya tienen una edad, pero su nivel de juego y su forma física son envidiables. Apenas en 2020 pudo haber sido coronado con el Balón de Oro, lo que no ocurrió sólo porque se decidió no entregar el premio y el año pasado protagonizó la polémica más importante de las recientes entregas del reconocimiento, al quedar segundo lugar tras Leo Messi.

Pese a ello, al parecer el jugador, que terminaba contrato el próximo año, no parecía entrar en los planes del club alemán a mediano plazo, por lo que decidió buscar opciones. No necesitamos ahondar en la difícil situación del Barca, así que, de nuevo, la incorporación de Robert parece idílica, aunque no deja de ser interesante cómo ahora es recibido como un héroe uno de los perpetradores de aquel 8-2 de tan amarga memoria para los culés.

Quizá también vale la pena recordar que, aunque el equipo alemán no parecía interesado en prolongar su relación con Lewandowski más allá del 2023, tampoco quería facilitarle en exceso la salida, que al final sólo se realizó tras un desembolso importante por parte de los catalanes.

¿Se puede juzgar el Bayern München por considerar la edad del jugador por encima de otros factores relacionados con su rendimiento? ¿Se le puede juzgar por querer obtener provecho económico de él? Racionalmente no. Y aun así eso amargó un poco la salida de un jugador que hizo historia en ese club.

El futbol profesional no es justo y a veces, aunque jugadores y clubes quieren lo mismo, las metas específicas pueden no coincidir y eso afecta a unos y a otros.

El punto es que cuando el equilibrio se rompe, una de las partes, si no las dos, sale muy perjudicada. Miremos el caso de Samuel Umtiti que hace algunos años llegó al F.C. Barcelona con gran expectativa y hoy parece más una carga que otra cosa para el club. Tenemos también el caso de Messi Neymar que empezaron esta temporada por todo lo alto con el PSG, pero que han tenido un periodo de adaptación muy largo y quizá decepcionante, en el caso del primero y un bache deportivo importante en el caso del segundo. Pero este año de mundial parece que podemos dejar atrás ciertos episodios incómodos.

Y es que en el futbol, cuando las cosas salen bien, son fantásticas, pero cuando salen mal duelen, pesan y cuestan. Así que esta temporada de futbol europeo promete mucha emoción dentro y fuera de la cancha. Será fantástico verlo juntos.

POR GUSTAVO MEOUCHI
COLABORADOR
@GUS23258924

PAL