Conforme avanzan los días queda cada vez más claro que la reunión de trabajo, mas no visita de estado que sostuvo Andrés Manuel López Obrador, presidente de México con su homólogo estadounidense Joe Biden, no sólo no fructificó en soluciones concretas, no sirvió de nada. Ni se han puesto en marcha estrategias para mitigar la elevada inflación, no hay un acuerdo para regular la migración indocumentada, no se alcanzaron acuerdos para el control de armas, y lo que se creía era el único valor de la reunión, el mostrar que había buena vecindad entre los gobiernos, se esfumó.
El único valor que tenía esa reunión era mostrar amistad y limar asperezas, pero ambos mandatarios se mostraron, incomodos, fastidiados y con sonrisas falsas. Una reunión inútil. Tan es así que este miércoles Estados Unidos anunció la solicitud de consultas de resolución de disputas bajo el Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México debido a las violaciones del sector energético mexicano a algunos capítulos de tratado comercial. A estas consultas se sumó Canadá, país que también reclama a México el incumplimiento de los acuerdos signados.
El interés de nuestro principal socio comercial y Canadá es avanzar en una agenda con estrategias claras hacia el cambo de paradigma en la generación de energía debido a la clara evidencia de un cambio climático, fenómeno acelerado por la actividad humana. Para muestra, la onda de calor sin precedentes en Europa. México se ha comprometido en el tratado comercial de ir en conjunto con América del Norte en la generación de energías limpias y sustentables, algo que no ocurre en México.
Es más, el gobierno mexicano construye una refinería para seguir usando gasolinas y combustóleos. John Kerry, el representante en materia de medio ambiente de Joe Biden, visitó en tres ocasiones a López Obrador en el Palacio Nacional para advertirle sobre el riesgo del panel de controversia. No escuchó. Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, también acudió tres veces para tratar de convencer al presidente para que anunciara una agenda limpia en materia de energéticos. No sólo no lo logró, sucumbió a “los encantos” del presidente mexicano, por lo que analizan en Washington la posibilidad de relevarlo.
Ante los innumerables llamados al respeto de los acuerdos firmados y la necesidad de actuar para ralentizar el calentamiento global, nuestros socios comerciales han decidido apretar el cinturón. Ildefonso Guajardo, ex secretario de economía mexicano y negociador del actual tratado comercial, nos explicó en entrevista con el Heraldo Televisión que este anuncio para solicitar estas consultas pueden derivar en un panel de controversia, dicho sea de paso, proceso normal en un acuerdo comercial tan complejo, pero, que si México pierde el panel, le serán aplicados una serie de aranceles que frenarían las exportaciones mexicanas, situación que obligaría al gobierno mexicano a sentarse a la mesa y negociar.
¿Qué necesidad había de esto luego de tantas solicitudes y advertencias sobre este procedimiento? Y para coronar esta historia, el presidente mexicano responde con una inexplicable burla hacia los Estados Unidos con un tema musical que dice “uy que miedo, mira como estoy temblando”. El nivel de la política exterior mexicana esté por los suelos y la relación con el gobierno estadounidense en su punto más frio. De nada sirvió la reunión en Washington, fue en realidad una pérdida de tiempo para todos.
Corazón que sí siente
Nos siguen diciendo que la delincuencia va a la baja, pero la evidencia informativa muestra que es todo lo contrario. Ahora asesinan a una madre de familia por no poder controlar las crisis de su niño autista. El criminal vecino ya está detenido, pero ¿quién le devolverá a ese niño su mamá que tanto la necesita?
POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
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