De acuerdo con el “Informe sobre la Conectividad Mundial de 2022”, emitido por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU por sus siglas en inglés), durante las últimas tres décadas la humanidad pasó de contabilizar unos pocos millones de usuarios de internet a casi totalizar 5 mil millones, equivalente aproximadamente a dos terceras partes (63%) de la población mundial.
El estudio de ITU indica que 17 de cada 100 habitantes en el mundo disponen de conexiones de banda ancha fija (BAF), equivalente a que 81% de los hogares cuentan con dicha cobertura de infraestructura fija. La región de las Américas se posiciona en tercer lugar al superar el promedio mundial con 88% de los hogares conectados y en segundo lugar por el número de accesos a BAF (23 por cada 100 habitantes), detrás de Europa.
Es destacable la evolución en el mundo de la conectividad hacia escenarios de creciente disponibilidad, calidad y velocidad, con aplicaciones en la vida diaria que mejoran la vida de miles de millones de personas en el mundo.
A pesar de ello, las brechas atribuibles al poder adquisitivo, edad, acceso a dispositivos, habilidades digitales y capacidades de banda ancha disponibles en las geografías de la población continúan siendo un tema de preocupación, pues este déficit de acceso a conectividad y herramientas digitales fungen como aliciente para la persistencia de la desigualdad económica y social en México y gran parte del mundo.
Por ejemplo, el reporte de la ITU destaca una brecha a nivel mundial respecto al acceso a conectividad por género, ya que 62% de los hombres utilizan internet por solo 57% de las mujeres. También se revela una brecha generacional donde se menciona que 71% del servicio de internet total a nivel global es utilizado por jóvenes entre 15 y 24 años, un rango de edad intensivo en el uso de tecnologías de la información y herramientas digitales. Estas brechas impiden el aprovechamiento y beneficio de estas herramientas para cierta población vulnerable alrededor del mundo como: personas de escasos recursos económicos, mujeres y adultos mayores.
Uno de los objetivos a cumplir hacia 2030 para la ITU, es que los habitantes dispongan de al menos una conexión de BAF de 10 megabits por segundo (Mbit/s). Este ya fue superado prácticamente por la totalidad de los países en la región de Asia-Pacífico y Europa, con 95 y 94% de la totalidad de suscripciones a la BAF con velocidades de 10 Mbit/s o más.
Entre las estrategias que ITU recomienda para el cierre de la brecha de conectividad y la mejora de condiciones de cobertura a los segmentos desconectados en México, destacan: la atracción de capital de infraestructura para mejorar la calidad y alcance de los servicios, crear mercados competitivos, promover la compartición de infraestructura para reducir costos, asegurar ofertas de espectro adecuadas y evolucionar hacia las nuevas generaciones de banda ancha móvil.
POR GONZALO ROJÓN
COLABORADOR
GONZALO.ROJON@THECIU.COM
@GROJONG
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