Política y Diplomacia Sostenible

El Decálogo

El pasado viernes 17 el Presidente López Obrador anunció diez acciones para hacer frente al cambio climático, y contribuir así con el esfuerzo titánico que se requiere para reducir las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) que lo provocan

El Decálogo
Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

En el marco del Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima, organizado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el pasado viernes 17 el Presidente López Obrador anunció diez acciones para hacer frente al cambio climático, y contribuir así con el esfuerzo titánico que se requiere para reducir las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) que lo provocan.

El decálogo incluye acciones que, por su importancia, vale la pena reproducir:

  1. Modernizar 16 plantas hidroeléctricas para incrementar la producción de energías limpias en 2,085 gigawatts/hora anuales.
  2. Invertir 2000 millones de dólares (recursos propios y créditos internacionales) para reducir hasta en 98% las emisiones de gas metano.
  3. Alcanzar en 2030 la meta de producir el 50% de vehículos con cero emisiones contaminantes.
  4. Construir en Puerto Peñasco, Sonora, un parque solar fotovoltaico con una capacidad de generación de 1,000 megawatts.
  5. Compromisos con 17 empresas estadounidenses del sector energético para garantizar inversiones destinadas a generar 1,854 megawatts de energía solar y de energía eólica.
  6. Explorar creación de parques solares en la frontera de México con Estados Unidos, así como la construcción de redes de transmisión de energía, que permitan exportar energía eléctrica a California y a otros estados de la Unión Americana.
  7. Alcanzar la autosuficiencia en la producción de combustibles, gasolinas, diesel, turbosina, mediante la modernización de seis refinerías, la adquisición de una más en Texas, y la nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco.
  8. Procesar en el país todo el petróleo crudo, y reducir los costos de los combustibles a los consumidores, construir una planta coquizadora en Tula, Hidalgo, y otra coquizadora en la refinería de Salina Cruz, Oaxaca, para transformar el combustóleo en gasolinas, y alcanzar un impacto ambiental significativamente menor, es decir, contaminar menos o dejar de contaminar.
  9. Programa de reforestación “Sembrando Vida” en un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables, que da ingresos a 420 mil campesinos, con una inversión anual de 1,500 millones de dólares, que absorben casi cuatro millones de toneladas de dióxido de carbono.
  10. Producir en el 2024 cuando menos el 35% de toda la energía que consumimos en el país de fuentes limpias y renovables.

Las diez acciones están directamente vinculadas a las relaciones entre México y Estados Unidos, y en particular con las pláticas celebradas entre el Presidente y el Enviado Especial para el Cambio Climático del Presidente Biden, John Kerry, en las cuatro visitas que éste ha realizado a nuestro país, especialmente la última, que tuvo lugar el martes 14 de junio.

El propio embajador de Estados Unidos, Ken Salazar agradeció el anuncio del presidente, porque “en esa declaración, México hizo fuertes compromisos para reducir las emisiones de metano, canalizar energías renovables y apoyar las inversiones de Estados Unidos en el futuro energético de México”.

El anuncio también se relaciona con una investigación de la Agencia Espacial Europea (AEE) del 9 de junio, sobre la gravedad de las emisiones de metano por parte de PEMEX en el Golfo de México. Lo más lamentable es que desde hace tiempo existen tecnologías capaces de reducir esas emisiones al mínimo. Enhorabuena, el gobierno de México se compromete a eliminarlas hasta en un 98 por ciento, aunque no fijó el plazo en que se alcanzará esta meta.

Otra novedad es el impulso a las energías limpias mencionado en los puntos 4, 5 y 6 del decálogo, aunque muchos se preguntarán sobre qué base legal se da preferencia a las inversiones de empresas estadounidenses sobre las inversiones de empresas de otros países.

Es relevante modernizar las plantas hidroeléctricas, pero se ignora el impacto real que tendrá esta medida, si es que alguno, en la reducción de emisiones de GEI. Igualmente, es positivo el anuncio de que el 50 por ciento de los vehículos serán de cero emisiones en 2030, en sólo ocho años, aunque no se dice cómo se alcanzará este objetivo.

Tampoco se ve cómo el propósito de lograr la autosuficiencia en la producción de combustibles, y procesar en el país todo el petróleo crudo (puntos 7 y 8) contribuirá a la reducción de emisiones de GEI, ni cómo eso servirá “para contaminar menos o dejar de contaminar”.

Por último, el programa “Sembrando Vida” puede ayudar temporalmente a que no se profundice más la pobreza en zonas rurales. Pero se desconoce su impacto real para la reforestación del país. Hasta ahora no hay una evaluación independiente de sus resultados. Debiera ser una obligación legal de todos los gobiernos someter sus programas nacionales a evaluaciones independientes. Podrían mejorarse. Si sus resultados son positivos, también debería ser una obligación legal de los gobiernos posteriores, asegurar su continuidad.

POR MIGUEL RUÍZ CABAÑAS IZQUIERDO
PROFESOR Y DIRECTOR DE LA INICIATIVA SOBRE LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE EN EL TEC DE MONTERREY
MIGUEL.RUIZCABANAS@TEC.MX
@MIGUELRCABANAS

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