ALHAJERO

Ruda, la reunión entre los expresidentes del PRI y Alito

Alito les aseguró a los ex presidentes del PRI que ya no quería ser candidato a la Presidencia de la República (¡Nomás faltaba!, ¿verdad?)

OPINIÓN

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Martha Anaya / Alhajero / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La parte más dura del encuentro, fue cuando le plantearon a Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas la pertinencia de su renuncia a la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Y eso que --muy al estilo priista-, la mayoría de los expresidentes del tricolor que pusieron el tema sobre la mesa lo hicieron cuidando las formas, a veces nomás rozándolo y “hasta con elegancia”, dirían algunos.

La falta de confianza en la dirigencia actual del PRI era –y lo fue a lo largo de las casi horas que duró el encuentro- el eje central de las intervenciones de los expresidentes del PRI.

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Tema central en ello, pues, la salida de Alito de la presidencia, dada la crisis que vive el partido, sus derrotas, la pérdida de militantes, y el desgaste que sufre el propio ex gobernador de Campeche.

El más franco y directo en abordar el punto, según nos comentaron algunos de los participantes, fue Roberto Madrazo. El tabasqueño le planteó sin más a Moreno, la necesidad de considerar su permanencia al frente del partido, dado el “daño” que le hacía al partido y a la alianza (con el PAN y el PRD).

-El más contento de que estés aquí es Andrés Manuel (López Obrador) porque te tiene de punching bag todos los días-, apuntaría.

El desgaste del presidente del PRI, señalaban otros ex presidentes del partido, se veía agravado con la grabación exhibida de su charla con Manuel Velasco (ex gobernador de Chiapas y actualmente senador por el PVEM).

Todo ello era realmente un escándalo que hacía daño al PRI.

Manlio Fabio Beltrones fue más político en las formas. Habló de su experiencia personal, del por qué en el 2016 –cuando siendo presidente del PRI perdió siete gubernaturas- decidió hacerse a un lado y dar paso a una nueva dirigencia.

Su decisión hace seis años, contó, fue para evitar “estorbar” el camino del PRI y de sus candidatos hacia las elecciones del año siguiente, las del 2017.

Era una manera de invitar a Alito a hacer algo similar.

Pero Alejandro Moreno no estaba dispuesto a renunciar, ni siquiera a pensar en semejante posibilidad. Tajante, respondió: ¡Yo no me voy!

-¿Qué quieren? –preguntó-. Venga quien venga, el gobierno se va a ir contra quien presida el partido. Quien venga, llegará con miedo y ante cualquier cosa que contradiga los deseos del presidente de la República, se le van a ir encima.

Ante los once expresidentes del partido presentes (Beatriz Paredes, César Camacho, Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell, Claudia Ruiz Massieu, Jorge de la Vega, Carolina Monroy, Humberto Roque, José Antonio González Fernández y los citados Madrazo y Beltrones), los coordinadores de las bancadas del PRI en el Congreso (Miguel Ángel Osorio Chong y Humberto Moreira), la secretaria general del PRI, Carolina Viggiano, y el diputado Augusto Gómez Villanueva, el presidente del PRI indicó:

-Que quede fuera de toda duda. Lo he pensado y lo he platicado con la secretaria general del partido. Esta dirigencia se queda. Esta dirigencia va a concluir el periodo estatutario para el que fue electa.

El periodo concluye el 19 de agosto del 2023, apuntó Dulce María Sauri, al salir del encuentro. Y efectivamente, agregó al calce, “¡ni un día más!”.

Es importante esto, dijo la yucateca, porque en septiembre inicia el proceso del 24 y ya no se pueden hacer cambios en la dirigencia del partido. Así que, reiteró, “ni un día más”.

Durante el cónclave, lo que sí les corroboró y les prometió Alejandro Moreno a los presentes, es que ya no quiere ser candidato a la Presidencia de la República (¡nomás faltaba!, verdad, se escucharía por ahí).

Dijo desear ahora seguir en la Cámara (buscará luego ser senador seis años).

A todo esto, en otro de los salones del partido –cercano éste a los periodistas- el presidente del PRI tenía reunidos a todos los comités directivos de los estados y los dirigentes de los sectores para darle su apoyo.

La militancia me apoya --arguyó en un momento dado ante los cuestionamientos de sus antecesores en el partido- dando a entender que los exdirigentes del instituto político no representaban a nadie.

-Tú eres el dirigente, pero no el dueño del partido-, reviró Osorio Chong.

La frase de Alito, empero, quedó clavada en algunos de ellos. Y se la cobraría antes de partir.

Al final del encuentro, el presidente del PRI buscó la foto de todo del grupo. Los “invitados” no la aceptaron “porque no somos un grupo, sólo somos expresidentes del PRI preocupados por la crisis que vive el partido”, le soltaron.

Tampoco aceptaron, valga anotarlo, la signatura de un comunicado conjunto. Los expresidentes del PRI alegaron que no hubo conclusiones a los múltiples planteamientos que hicieron, y además todos y cada uno fueron expuestos a título personal y, como tal, merecían exposición y respuesta en lo individual.

DESCONFIANZA, EXCLUSIÓN, TRAICIONES Y EL 23.- Muchos temas se abordaron en el encuentro. En un clima constructivo. Se habló con claridad y a fondo. Cosa nada fácil. Pero en esto abonó la institucionalidad de todos, dirían varios de los asistentes.

La desconfianza en la dirigencia, reiteramos, bañaba los distintos planteamientos. A ello se sumaba la exclusión de que han sido objeto los distintos grupos priistas. El “agandalle” de Alito y los suyos en todas las posiciones.

Moreno lanzó entonces una clásica convocatoria a la unidad --admitiendo que no ha sido incluyente-. No tardaron en enlistarle a toda su gente que tiene en el Comité Ejecutivo y en las Cámaras y la exclusión de muchísimos grupos y hasta de entidades completas.

¡Hasta de las “traiciones” de que ha sido objeto! y las expulsiones que ha tenido que realizar (incluidos algunos de sus propios paisanos), se habló, aunque no se llegó al fondo.

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La propia Viggiano, excandidata del PRI en Hidalgo, contó cómo la dejaron sola en su estado. Pedro Joaquín Coldwell, ex gobernador de Quintana Roo, manifestó su desazón por lo ocurrido en la tierra que gobernó de 1981 a 1987.

El temor de que pudiera ocurrir otro tanto en las elecciones del 2023 se puso entonces sobre la mesa. ¿Qué va a pasar en el Estado de México y en Coahuila?, preguntaron. ¿Se le entregará al PAN una de las candidaturas?

Moreno aseguró que irían en alianza con los panistas pero ambas candidaturas serían del PRI.

¿Cómo le va a hacer para el PAN acepte lo anterior? No lo explicó, pero entró la duda de si se estará pensando negociar la candidatura del 24 en la Ciudad de México a cambio de la candidatura en el Edomex.

Se mencionaron también los “corrimientos” de priistas hacia Morena, el desfonde del partido y múltiples asuntos más. No hubo respuesta a ellos. Quedaron de verse en una próxima ocasión, con el tiempo necesario para su reflexión.

Todo el asunto queda en la cancha de Alejandro Moreno. Toca a él las respuestas, las conclusiones, las respuestas y las invitaciones para volverse a reunir.

Y por lo pronto, ¡vaya sacudida!, para la dirigencia del PRI.

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POR MARTHA ANAYA
MARTHAMERCEDESA@GMAIL.COM
@MARTHAANAYA

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