MISIÓN ESPECIAL

Porfirio Muñoz Ledo: estadista y diplomático

Tuve el privilegio de colaborar con un gran diplomático, un intelectual, un hombre de Estado

OPINIÓN

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Martha Bárcena Coqui / Misión Especial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El viernes 29 de abril participé en el homenaje a Porfirio Muñoz Ledo. Su nombre quedará en los libros de Historia de México por la lucha a favor de la transición democrática, las políticas educativa y laboral, la construcción de instituciones, la Reforma del Estado y la política exterior.

En un México que atestigua día a día la degradación del debate y la vida política, impotente ante la falta de talento y voluntad para construir consensos y reconocer los beneficios de la diversidad, se alza la lúcida voz de Porfirio. En 1997, en su calidad de líder de la oposición, Muñoz Ledo dijo en el Congreso: "La obcecación es contraria a la sabiduría y nociva para los quehaceres del Estado, que, si bien exigen firmeza, demandan asimismo flexibilidad, imaginación y acatamiento del veredicto electoral. Saber gobernar es también saber escuchar y saber rectificar".

Sus palabras se aplican al ejercicio de la diplomacia y la política internacional, la forma más alta de hacer política. Porfirio Muñoz Ledo ha sido un político de altos vuelos a nivel internacional. Alguna vez confesó que “el puesto de Representante Permanente en Naciones Unidas es el que con mayor plenitud me he desempeñado”. Un recorrido por esos años nos recuerda la compleja agenda económica internacional que le tocó lidiar: las negociaciones económicas internacionales, la votación de la Carta de Deberes y Derechos Económicos de los Estados, el Plan Mundial de Energía. También, la elección de México al Consejo de Seguridad de la ONU.

Durante su gestión se dio la condena a la invasión soviética a Afganistán y la convocatoria a una Asamblea Extraordinaria de emergencia, ante el veto soviético. La historia parece repetirse. También se discutieron en el Consejo de Seguridad, el bombardeo de Israel a la central nuclear de Irak; la guerra entre Irán e Irak y la situación de los rehenes estadounidenses en Irán.

Por primera vez el Consejo de Seguridad consideró los temas de Centroamérica. México luchó por el apoyo a la revolución sandinista en Nicaragua, hoy traicionada, y promovió el respeto a los derechos humanos en El Salvador. Con el embajador Antonio González de León impulsó la Convención sobre la protección de los derechos de los trabajadores migratorios.Del embajador Muñoz Ledo aprendí la responsabilidad de representar a este gran país, con conocimiento de los temas, puntualidad, entrega y profesionalismo.

A trabajar en equipo, pero sin descanso. Lo vi interactuar con los grandes de la diplomacia mexicana: Alfonso García, Antonio González de León, Jorge Castañeda y Alvarez de la Rosa, Manuel Tello, Sergio González. Cuando hablaban en la ONU se llenaba la sala y se hacía el silencio. México imponía respeto. En los últimos años la voz clara de Muñoz Ledo se ha alzado en defensa de los migrantes indocumentados.

POR MARTHA BÁRCENA COQUI
EMBAJADORA EMINENTE
MARTHA.BARCENA@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@MARTHA_BARCENA

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