COLUMNA INVITADA

Somos una sociedad cínica

A nivel país, México no tiene la capacidad de acción sobre cuanto crimen se perpetre y por ello dependiendo el Estado de la República donde se habite, se toman precauciones por parte de la sociedad que resultan regionales

OPINIÓN

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Sara Elvira Morgan Hermida / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

No hay palabra más adecuada sobre todo porque muchas personas no la recuerdan; pero una sociedad en la que el trabajo sirve para subsistir y no para vivir. Donde la clase media es más pobre cada día y debe cubrir los impuestos sin ningún tipo de ayuda estatal, pero sobre todo sin ninguna piedad. En la que los políticos, empresarios e influencers ansían el poder junto con la fama, sin dignidad o alguna finalidad de ayudar socialmente. Donde la economía sirve para denostar a otros, por sobre sus conocimientos. Cuando observamos que el cuidado ambiental es reducido a ser veganos y rematamos con lo más triste e indignante, donde nuestros niños y jóvenes (refiriéndome a hombres y mujeres) son asesinados, secuestrados por el crimen, la educación deficiente y la pobreza de forma crónica. Eso solo tiene un nombre: Cinismo.

Lo anterior causa vergüenza, pues supuestamente hemos sido testigos de un avance avasallador en materia de derechos humanos mundiales. Como cuando nos arrojamos para ayudar a las personas en un temblor o como cuando terminó el Apartheid, donde comienza la gran historia del muy admirado Nelson Mandela, el gran ejemplo que dejo fue no actuar precisamente como actuaron contra las personas por su tono de piel.

Pero hoy en pleno siglo de avances y supuestamente queriendo salvar al mundo de una catástrofe climática originada por los humanos. A nivel mundial surge una guerra que viene a afectar al mundo entero. No sé, pero tengo la percepción que muchas personas no están sintiendo lo que en los años sesenta se denomino la crisis de los misiles; el terror de que no comenzará la guerra se reflejaba en todos los habitantes del mundo, ahora estamos enajenados con la era digital y la película No Mires Arriba es sólo un muy pequeño ejemplo de lo que nos está sucediendo, porque estamos desapareciendo del presente y convirtiendo nuestro mundo en virtual.

Lo que se vive hoy comparado con lo de hace cincuenta años palidecería, pero los ciudadanos del hoy, ven esto como una película de Hollywood, llenos de emoción, pero sin ningún tipo de temor, es aberrante. A nivel país, México no tiene la capacidad de acción sobre cuanto crimen se perpetre y por ello dependiendo el Estado de la República donde se habite, se toman precauciones por parte de la sociedad que resultan regionales. Así en cualquier poblado donde se encuentre el narco, prefieren mandar lejos a sus hijos e hijas o quizá esconderlos.

Hace mucho tiempo que ya no se promueven elegir a la reina del carnaval en algunos estados, pues las jóvenes eran secuestradas y no se volvía a saber de ellas.

Los policías, jueces, encargados de justicia apenas son un puñado para cada millón de habitantes. ¿Cómo enfrentar a estos, tan pocos ministerios públicos deshumanizados, frente a delitos que superan las películas de terror? O a los policías municipales, quienes tienen que pagar sus balas y enfrentarse a la justicia expedita, solo para ellos, en caso de alguna detención y finalmente dado las miles de denuncias o demandas, cuantos jueces necesitaremos para que no existan los enormes rezagos que no dan ni justicia, ni rapidez, al resultar imposible menguarlos.

Definitivamente no estamos a la altura de lo que merecemos, porque siempre habrá algún pretexto, alguien más tendrá que encargarse y cuando volteamos a ver, nadie nos ayuda, ni a cambiar una llanta o a auxiliar a una joven a quien de pronto veamos sola en un lugar obscuro. De seguir así nuestra tendencia será a escondernos, cuando eso no tiene ningún sentido pues el terror, siempre encontrara formas de localizarnos.

No quiero decir con esto que México ya no tiene remedio, por el contrario; uno de los más efectivos es el estar presente en familia, en no absorbernos en nuestros mundos digitales, dejando de lado el mundo real. No permitiendo que nuestros jóvenes tengan que preguntar a quienes les pueden hacer daño y teniendo en cuenta que la moral, sigue siendo un valor a seguir, a pesar de que pensemos que se trata de un algo obsoleto.

Nunca estará fuera de lugar el actuar bien, simplezas como no pasarnos el alto en las madrugadas cuando miles de niños y jóvenes cruzan las calles para ir a las escuelas, con hablar en confianza en los hogares de lo que simbolizan las drogas, que no son más que ausencias que se necesitan cubrir, con abrazar y tratar bien a nuestra familia y a los que no forman parte de la misma, con no generar charlas que fomenten el resentimiento social, como el de la división de clases y de aspecto.

Todo lo anterior, implica un dentro para estar afuera bien. Si desde tu casa sabes que hay un respeto que ejercer a lo que no es tuyo, será el comienzo de hacer un ambiente social, laboral y comercial conforme al respeto. En otras latitudes se puede quedar una tienda sin supervisión ya que se sabe que se pagara el producto. Lo que sucede aquí es que lo que implica armonía no está siendo obedecida de forma intencional.

Pero segura estoy que cuando atravesamos una sola frontera donde el respeto a la norma es indispensable para convivir, ésta se respeta, se cruzan por las líneas blancas, no se pasan el semáforo, dan paso a los peatones y las normas laborales se sujetan a controles rigurosos, no por la observancia de la autoridad, sino por convencimiento de empleadores y trabajadores.

Luego entonces, lo que nos falta es entender que este país es grande, pero lo queremos ver derrotado, y prefiero creer que no somos una sociedad cínica, sino que estaremos prestos a cambiar. Por nuestro presente y futuro.

A esa encantadora niña Debanhi, hoy ausente, y a su papá que la buscó incansablemente. Quiero que sepa que el dolor es compartido y que posiblemente no sirva de nada, pero más nos valdría tener hombres tenaces como usted un gran papá.

POR SARA ELVIRA MORGAN HERMIDA
CONSULTORA EN MATERIA LABORAL
@MORGANSAREL

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