LA NUEVA ANORMALIDAD

Aeropuerto 75 (o esa peli ya la vimos, y es de desastre)

En un viaje a Madrid que hizo escala en Montreal, conocí un aeropuerto todo cristales ahumados y luminarias de diseño futurista: la primera construcción en darme una idea de modernidad

OPINIÓN

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Nicolás Alvarado / La Nueva Anormalidad / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En la caja donde guardo mis recuerdos de infancia figura una gorra de piel de mapache, souvenir de Canadá, país que, sin embargo, no conocí sino ya adulto. Recuerdo a la perfección el lugar y la oportunidad, a fines de los años 70, en que me la compraron mi madre y mi abuela: íbamos a Madrid y el avión hacia escala en Montreal. Ese aeropuerto –todo cristales ahumados, luminarias de diseño futurista y acero pulido– fue la primera construcción en darme una idea de rabiosa modernidad. 

Conocí Montreal a mis 30 y pico. Al aterrizar el avión ahí anticipaba el reencuentro con esa construcción de ciencia ficción de mi infancia, me preguntaba si conservaría la misma impresionante apariencia. Me topé con una terminal que lucía a un tiempo mucho más vieja y mucho más nueva, y cuyo trazo arquitectónico era distinto al que recordaba. El desconcierto fue tal que me puse a investigar. 

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La terminal a la que había arribado ese día era otra, en efecto más vieja –data de 1960– y más nueva –acusaba una remodelación de 2007. Más aún, no formaba parte del aeropuerto montrealés de mi infancia: en el 1978 o 79 de aquella escala, los vuelos de México llegaban a Mirabel; en el 2008 de mi visita definitiva, aterrizaban –junto con todos los demás– en el viejo aeropuerto de Dorval. 

El Aeropuerto Internacional de Montreal – Mirabel fue inaugurado en 1975. Su función era reemplazar a su antecesor, considerado entonces insuficiente para enfrentar la demanda de millones de pasajeros que hacían de esa ciudad su punto de entrada a Canadá. El estudio que encargó el gobierno canadiense no arrojaba como idónea esa ubicación –a 60 kilómetros al noroeste de la ciudad– sino el poblado de Vaudreuil-Dorion, a 40 kilómetros en la misma dirección occidente en la que se asienta Dorval. Sin embargo, Vaudreuil-Dorion se ubicaba en Ontario, no sólo una entidad distinta sino una gobernada por un partido diferente al del primer ministro de Quebec: la política se impusó a la lógica y Mirabel fue la elección. 

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Mirabel sólo contaba con dos conexiones carreteras. Nunca fue posible dotarla de un servicio de transporte público. Al concentrar éste los vuelos internacionales pero permaecer Dorval como sede de los nacionales, los viajeros se veían obligados a hacer largos y costosos viajes en autobús para alcanzar sus conexiones, a riesgo de perderlas. El resultado fue un éxodo masivo de líneas aéreas a un aeopuerto de Toronto libre de esas desventajas. Mirabel nunca excedió los 3 millones de pasajeros al año durante su operación. Para 1997, Montreal había pasado del primer destino aéreo canadiense al cuarto. Para 2004 Mirabel terminaba su operación como terminal de pasajeros. Sería demolido en 2014, a un costo de 15 millones de dólares.  

La historia se me impuso antier. Acaso la Historia se nos imponga mañana. 

Nicolás Alvarado

IG: @nicolasalvaradolector

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