COLUMNA INVITADA

Ucrania es crucial

En esta guerra europea se juega, de nueva cuenta, el destino no sólo de Europa, sino del orden mundial post-pandemia, así como el apoyo decidido a la democracia o la indiferencia ante sistemas autoritarios

OPINIÓN

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Gina Cruz / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 24 de febrero comenzó la invasión de Ucrania, una nación europea con hondas raíces históricas que datan del siglo IX de nuestra era, cuando se estableció la Rus de Kiev. Las relaciones entre Rusia y Ucrania no han estado exentas de tensiones, desde que el territorio fue ocupado en el siglo XVIII por los rusos, hasta el 24 de agosto de 1991, cuando después de décadas de limpieza étnica e intentos reiterados de suprimir el idioma ucraniano, se dio la independencia de una vasta nación ubicada estratégicamente en el oriente europeo y poseedora de inmensas riquezas naturales. Además, gracias a su privilegiada situación geográfica, Ucrania es un enclave estratégico para abastecer de gas a Europa, y un posible candidato a integrarse a la Unión Europea y a la OTAN.

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La invasión, que se dio después de múltiples conflictos internos, como la crisis de Crimea y la guerra de Donbass, ha supuesto un reto importante en materia de política exterior, ya que ha divido al mundo entre quienes apoyan la soberanía de una nación democrática y quienes se abstienen detrás de un silencio preocupante, tal como sucedió en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, del pasado 25 de febrero, en la que Rusia vetó la resolución para detener la ofensiva, mientras que China, India y los Emiratos Árabes Unidos se abstuvieron.

En esta guerra europea se juega, de nueva cuenta, el destino no sólo de Europa, sino del orden mundial post-pandemia, así como el apoyo decidido a la democracia o la indiferencia ante sistemas autoritarios. Las respuestas de nuestros socios de América del Norte fueron rápidas y contundentes, pero México asumió inicialmente una postura tibia, en voz del canciller Marcelo Ebrard, quien a nombre del gobierno dijo que “México rechaza el uso de la fuerza, reitera su llamado a una salida política al conflicto en Ucrania y respalda al Secretario General de la ONU en pro de la paz”. Esta postura fue una mala señal para el mundo en momentos críticos, que afortunadamente fue corregida cuando el propio Canciller dijo posteriormente que nuestro país: “condena enérgicamente la invasión rusa a Ucrania”.

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Hoy estamos de nuevo ante una guerra europea que desestabiliza al mundo y que nos pone ante el reto de reconfigurar el orden global. En esta dinámica, el papel de México en el nuevo orden mundial post-pandemia dependerá, en buena medida, de la posición que adopte nuestro país al decidir si se alía con sus vecinos del norte, para responder enérgicamente ante una guerra que ha causado ya muerte, destrucción y dolor, o si adopta una posición reservada que nos puede dejar al margen de las grandes decisiones de política exterior, como ya sucedió en el caso de Nicaragua y la reelección autoritaria de Daniel Ortega.

POR GINA CRUZ

PRESIDENTA DE LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES EN EL SENADO DE LA REPÚBLICA

@GINACRUZBC

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