PASIÓN POR CORRER

Correr por todo México

Germán Silva, de 54 años, se convirtió en leyenda al haber corrido por todo el territorio nacional, desde Ensenada, Baja California, hasta el Caribe mexicano, en Quintana Roo

OPINIÓN

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Rossana Ayala / Pasión por Correr / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Si Germán Silva ya tenía un lugar de honor entre los corredores mexicanos de todos los tiempos –por sus dos triunfos en el Maratón de Nueva York, su medalla de oro en los Centroamericanos, sus dos maratones olímpicos y toda una vida dedicada a correr profesionalmente–, el domingo pasado el nombre del poblano de 54 años se convirtió en leyenda al haber corrido por todo el territorio nacional, desde Ensenada, Baja California, hasta el Caribe mexicano, en Quintana Roo, en razón de 50 kilómetros diariamente y atravesando la República de norte a sur.

En lo que denominó el reto Pinole, corriendo por las venas de México, Silva Martínez dedicó casi cuatro meses de su vida a correr por todos los climas y geografías del país: desde la costa del Puerto de Ensenada y las dos Bajas California, atravesó el Mar de Cortés en barco, trotó por los desiertos del Sur de Sonora, por los bosques tupidos de las sierras de Chihuahua y Durango, cruzó por el norte de Zacatecas para bajar después por los valles y montañas de la Huasteca potosina; atravesar la punta norte de Guanajuato para después correr por los llanos semiáridos de Querétaro, para llegar a las tierras mineras de Hidalgo, y de ahí, pasar por los magueyales del altiplano de Tlaxcala, atravesar Puebla por su parte más angosta e internarse en el florido Veracruz para de ahí atravesar las selvas tabasqueñas y las de Campeche, cruzar toda la planicie del estado de Yucatán para llegar finalmente a Quintana Roo y terminar su legendario recorrido en las playas de Cancún.

Asesorado y acompañado por su equipo de corredores, especialistas y médicos, por su esposa y sus hijos, Germán Silva cumplió esta hazaña con la que se propuso hacer un homenaje al ultramaratón y a los ultramaratonistas, de ahí el nombre de Pinole nombre que proviene del náhuatl Pinolli, que significa harina de maíz tostado y molido. El pinole es un alimento sagrado de nuestros ancestros y que los Rarámuris consumen para correr grandes distancias y atravesar las sierras de Chihuahua con su paso veloz. Ellos se abastecen de este alimento prehispánico que les da fuerza, vitalidad y energía.

Con su su proyecto Pinole, Germán Silva no solo mostró la grandeza de nuestro país, su gente y su cultura, sino también la grandeza de la voluntad humana y lo que se puede lograr con consistencia, constancia y fuerza. En el punto medio de su hazaña, el atleta poblano confesó que a pesar de haberse preparado para su proyecto, le tomó hasta 20 días acostumbrar a su cuerpo a correr estas distancias.

Dice un dicho que: si quieres saber cómo serás dentro de 10 años no tienes más que mirarte al espejo después de correr un maratón, y el rostro que muestra de Silva al momento de culminar su hazaña, en el video subido a twitter por el periodista, Kevin Sieff,  es el de un hombre inmensamente dichoso, con esa felicidad que da la misión cumplida, agradecido con los dioses mayas, sus amigos y su familia y dispuesto a disfrutar de lo mucho que le queda. No cabe duda, Germán Silva hizo historia de nuevo.

POR ROSSANA AYALA
AYALA.ROSS@GMAIL.COM
@AYALAROSS1

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