COLUMNA INVITADA

¿Alguien se llevó mi quincena?

Si los cambios que enfrentamos ya no son graduales, y nos deberían obligar a una reacción inmediata

OPINIÓN

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Ricardo Salas / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Se dice que, si pones a una rana en una olla con agua e incrementas gradualmente la temperatura, esta no se dará cuenta y permanecerá en la olla hasta ser literalmente “cocinada”. Por el contrario, si tomas a la rana y la hechas en una olla con agua hirviendo, esta saltará fuera en el momento. Desconozco si alguien en realidad llevó a cabo este “experimento”, o no, pero éste es comúnmente utilizado para ejemplificar cómo los seres humanos tendemos a aceptar cambios pequeños en el tiempo, ya sea porque su impacto no es perceptible o no lo suficientemente relevante para reaccionar (quemarnos).  

Este comportamiento ha sido ampliamente estudiado y se identifica como el Síndrome de Referencia Cambiante o “Shifting Baseline Syndrome”, y nos ayuda a explicar cómo podemos vivir situaciones que a primera vista parecerían (y deberían ser) intolerables. ¿Cuándo y cómo nos volvimos insensibles a la violencia que se vive en nuestro México? ¿Cómo hemos permitido la destrucción de nuestros ecosistemas y el agotamiento de los recursos naturales? ¿Cómo aceptamos la mentira y los fake news como parte de nuestra vida diaria?

La respuesta es sencilla; no sucedió de la noche a la mañana. Es como cuando uno tiene hijos, que en el día a día no te das cuenta cómo van creciendo, hasta que alguien que no los ha visto en meses te hace notar lo altos que están, o nos damos cuenta al ver fotos de la última navidad o el cumpleaños pasado. 

Algo similar pasa con la inflación y el poder adquisitivo. Por años hemos perdido la carrera entre nuestros ingresos y el incremento en los precios, pero en general no ha sido de golpe, sino poco a poco, año con año, en donde al realizar pequeños ajustes al gasto logramos salir adelante. El problema es que con el tiempo los ajustes se acumulan y llegan a montos que deberían preocuparnos.  Estudios realizados por Ipsos muestran cómo nos cuesta trabajo reconocer que hemos perdido calidad de vida y como incluso buscamos justificaciones (antes viajaba dos veces al año fuera de México, ahora elijo vacacionar en México porque es importante conocer nuestro país y ayudar a la economía local…). 

Sin embargo, en el último año la situación ha cambiado. Hoy en día no es necesario remitirse a 3 o 5 años en el pasado para ver una caída de magnitud importante en nuestro poder adquisitivo. Cada visita que hacemos al supermercado para hacer las compras del hogar nos muestra de forma inequívoca que el dinero ya no nos rinde lo mismo que hace uno o dos meses. 

Ipsos realiza a nivel global un estudio periódico para seguir las percepciones de los ciudadanos sobre la inflación, y en su medición más reciente (noviembre), los resultados muestran que, en la mayoría de los países, incluido nuestro México, la gente espera que la inflación continuará elevada durante el 2023 y que los ingresos no crecerán a la par (si es que crecen).  Lo interesante es que mientras a nivel global una de cada tres personas espera una baja en su nivel de vida (acorde a un crecimiento de precios por arriba de los ingresos), en México este porcentaje es la mitad que el promedio global. De hecho, en México, cuatro de cada diez personas esperan una mejor situación el próximo año.

Si los cambios que enfrentamos ya no son graduales, y nos deberían obligar a una reacción inmediata (nos tiran a la olla con el agua hirviendo), ¿cómo es que no vemos las posibles consecuencias de lo que viene? ¿será un tema de no ver o no querer ver?

Los mexicanos nos distinguimos por un eterno optimismo y siempre pensar que el futuro será mejor que el presente. Si bien uno puede discutir sobre la temperatura exacta del agua en un momento, si se percibe como caliente o muy caliente, si en el futuro será templada, etc. nadie puede evitar los efectos del contacto de nuestra piel con el agua hirviendo. 

Dado que no es de esperarse que las principales causas de la inflación que enfrentamos se resuelvan en el corto plazo es inevitable que este optimismo que se muestra sobre el futuro se vaya reduciendo ¿Qué ajustes realizarán los consumidores en respuesta a una pérdida importante de pode adquisitivo? ¿Cómo afectará un menor bienestar la intención de voto para el 2024? Es hora de hacer conciencia de nuestra situación: ¿Saltaremos o seguiremos en la olla hasta que sea demasiado tarde?

¡Hasta la próxima!

POR RICARDO SALAS
DIRECTOR DE PUBLIC AFFAIRS & CORPORATE REPUTATION
IPSOS EN MÉXICO

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