Los campos de exterminio encontrados en Teuchitlán, Jalisco representan una de las más graves violaciones a los derechos humanos en la historia reciente de nuestro país, un acto de barbarie que no debe quedar impune. Lo ocurrido en esa región es un espejo de los problemas más graves que afectan a México: la violencia, la impunidad, la desigualdad y la desconfianza en las instituciones.
No podemos ni debemos cerrar los ojos ante la realidad que se ha destapado. Estos crímenes no solo son un golpe a la dignidad humana, son una manifestación clara de la descomposición social y el fracaso del Estado para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos. Las víctimas de estos campos de exterminio, personas que muy probablemente vivieron en el horror de la desaparición forzada y la tortura, claman justicia, y es nuestra responsabilidad exigir que se esclarezca la verdad detrás de estos atroces hechos.
Lo que está en juego no solo es el reconocimiento de los crímenes cometidos, sino el compromiso del gobierno para que se haga justicia. Pero a su estilo, ¿Que hace el gobierno de Morena ante esta tragedia? Minimiza y descalifica los hechos, y por si fuera poco, la presidenta cree que la víctima es ella. No, Presidenta, usted no es la víctima, las miles de víctimas están en Teuchitlán y en todo México. Es inadmisible que en la mañanera dedique tanto tiempo a dar los resultados de la supuesta investigación que inició para saber de donde vienen los “ataques” en redes sociales. Primero, no son ataques, son personas que levantan la voz y se indignan por lo que pasó, y segundo, ojalá que así de rápido y con esa voluntad se iniciaran investigaciones para saber dónde están las personas desaparecidas, ojalá así de rápido se investigara quienes son los responsables de estos actos que, en mas de un 80% quedan impunes. Y aunque ellos siempre tengan otros datos, recordemos que el registro de personas deparacecidas empezó en 1952, y la mitad de todas las personas en ese registro desaparecieron en el sexenio de López Obrador y en lo que va del gobierno de Claudia, es decir, en un sexenio han desaparecido más de lo que se llevaba en mas de 60 años.
El gobierno de Morena debe asumir su responsabilidad en la protección de las víctimas y en el esclarecimiento de estos hechos. Debe garantizar una investigación exhaustiva y que los culpables sean llevados ante la justicia, sin importar su nivel de poder o influencia. El pacto con el narcotrafico debe terminar, aunque cada día es mas evidente. Prueba de ellos es el presunto video de integrantes de un cártel en el que defienden y utilizan la misma narrativa que el gobierno federal.
Morena nació y creció lucrando con las tragedias humanas, se aprovecharon una y otra vez del dolor de la gente. Ahora les molesta que se les señale como lo que son, los responsables de la violencia que vivimos todos los días. No vamos a permitir que quede en silencio el grito de las víctimas ni la responsabilidad de quienes permiten que estos horrores se sigan repitiendo.
Es hora de que el gobierno asuma con seriedad el compromiso de erradicar la impunidad, de hacer frente a la verdad sin temor, y de garantizar que nunca más un ser humano sea condenado a vivir la pesadilla de estar en manos del crimen organizado.
Laura Esquivel Torres
Senadora de la República