Ante el inminente inicio del periodo formal de campaña para quienes aspiran a ocupar un cargo en el Poder Judicial de la Federación, también es claro que se acerca el momento en que se tengan que enfrentar varios de los retos y desafíos más complejos que previsiblemente tendrá este proceso.
Por una parte, la necesidad de que la sociedad en su conjunto sea realmente consciente de la importancia que tiene el que participe
y se involucre en la elección es algo en lo que todavía se tiene que trabajar.
Si bien es un hecho que amplios sectores de la población saben que a mediados de año se llevará a cabo una votación para elegir a Ministros, Magistrados y Jueces, lo cierto es que no podría decirse que todas las personas entienden que ésta no será una elección de partidos políticos y que, por el contrario, la formación académica y la experiencia profesional de quienes aspiran a esos cargos tienen que ser factores determinantes para la emisión de un voto libre, informado y responsable.
Además de que quienes ocupen tales responsabilidades, necesariamente tendrán que actuar en el desempeño de las mismas con autonomía e independencia, al margen de controles o simpatías políticas o ideológicas.
A esa comprensión esencial del objeto y naturaleza de la elección se suma la complejidad que presenta el que las personas puedan tener acceso y conocer todos los perfiles de las poco más de 4 mil personas
que aparecerán como candidatos, en las seis boletas, el día de las elecciones.
Aun cuando se están haciendo esfuerzos notables para ello, como la plataforma “Conóceles” que pondrá a disposición de la sociedad el Instituto Nacional Electoral (INE) para acceder a la información curricular básica de quienes participen en la contienda electoral, es evidente que el cúmulo de datos que cada persona tendrá que revisar es enorme y será insuficiente para realizar una ponderación adecuada de aspectos tales como el compromiso social o conocer más a fondo la personalidad y carácter de todos ellos.
Uno de los propósitos básicos de la llamada reforma al Poder Judicial de la Federación fue el generar cercanía e identificación entre las personas y aquellos que impartirán justicia, cuestión que difícilmente se podrá lograr si no se conocen y se identifica a los eventuales candidatos.
En medio de un proceso que impone a quienes aspiran a ocupar un cargo jurisdiccional, el deber de visibilizarse y ser conocidos por las personas, se corre el riesgo de olvidar que, dentro de los procesos judiciales, quien juzga tiene responsabilidades y deberes específicos que lo identifican más con una postura de discreción y reserva, que con alguien extrovertido y que comparte públicamente detalles de los juicios que están a su cargo.
La exposición pública y la necesidad de buscar el voto de un electorado no son cuestiones que hayan sido inherentes a la actividad jurisdiccional y menos respecto de las cuales buena parte de los aspirantes tengan conocimientos o estén preparadas para llevarlas a cabo.
En este sentido, el reto de la elección del Poder Judicial es doble: por una parte, hacer que las personas que aspiran a un cargo tengan la capacidad y posibilidad de difundir públicamente sus perfiles, capacidades e ideas y, por otra, lograr que las y los electores los conozcan e identifiquen para verse favorecidos con sus sufragios.
Los límites y restricciones para el desarrollo de las campañas dentro de la elección judicial se establecieron para generar mayores condiciones de equidad y un “piso parejo” entre todas y todos los aspirantes.
Sin embargo, la amplitud y diversidad del electorado al que deben llamar quienes participan en la elección judicial, así como el tiempo que durarán las campañas, hacen que la maximización de los recursos autorizados y la búsqueda de métodos alternativos para visibilizar sus perfiles y propuestas sean algunos de los mayores desafíos que enfrentará esta elección inédita para su éxito.
LIC. ANTONIO HOLGUIN ACOSTA
VICEPRESIDENTE DE HERALDO MEDIA GROUP Y GRUPO ANDRADE
EEZ