La historia corta es que era amigo de Manuel Lozano Jiménez, particular de Ignacio Ovalle, en la época de Echeverría.
Muchos años después, amolado, Ovalle busca a Gavira Segreste cuando éste era particular de Adrián Rubalcava, delegado de Cuajimalpa de 2012 a 2015. Ahí lo ayuda y alarga el apoyo en otras funciones fuera, dándole contratos para cursos de capacitación en el Banco de Sangre del Valle de México. Cuando López Obrador gana la Presidencia y nombra a Ovalle director de Segalmex, en agradecimiento se lleva a Gavira Segreste, quien no iba para titular de la unidad de Administración y Finanzas, pero al darse ajustes, se ve hábil y se queda con la oficina. Se saca la rifa del tigre al toparse con lo complejo de los retos para armar una megainstitución, inexistente, para la seguridad alimentaria del país.
Gavira Segreste no proviene de la 4T, es del grupo cercano a Ovalle. Lozano y su hijo también terminan en Segalmex, en Liconsa, Diconsa y otra posición. Al primero, como brazo derecho del mero bueno de Segalmex, todos los directores tienen que solicitar su autorización para que sucediera cada una de las cosas, y éste todo lo rebota con su patrón. No había nada que se hiciera sin conocimiento del expriista, jefe de oficina de vendedores ambulantes en la era de Echeverría. Vino la urgencia de comprar, adquirir, como fuera, dónde fuera y con quien fuera, porque el Presidente enfatiza en su discurso la promesa de acabar con la pobreza alimentaria y tener un sistema de salubridad como el de Dinamarca.
Gavira Segreste fue el principal responsable de ejecutar las indicaciones. También me cuentan altos funcionarios de Segalmex que todo se volvió una vorágine interna por la presión del Presidente para crear el organismo porque no había transporte para llevar a cabo el acopio del maíz, no había almacenes para resguardarlo o almacenarlo, no había básculas para pesar el producto, ni laboratorios para estudiar el estado del grano, no había nada. Ocurría con todo y cada producto para asegurar la alimentación y la nutrición, mediante programas de apoyo a pequeños productores y garantizar el acopio y distribución de alimentos básicos. Tampoco había cómo mover la leche, ni bodegas para concentrarla con temperatura para no echarse a perder, tampoco laboratorios para determinar el grado de humedad, niveles de agua y suero del lácteo. Frente a ese escenario todas las compras fueron directas y de un plumazo para cumplir con los compromisos presidenciales.
Pensaron en Palacio Nacional que Segalmex funcionaría de un día para otro, pero el proyecto se convirtió en emblema de la corrupción del sexenio. Hay muchos responsables, quizá por eso Gavira enfrenta ahora las acusaciones desde el sillón de su casa.
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Uppercut: Octubre se convirtió en el mes más violento de 2022. Fueron ejecutadas dos mil 481 personas, más que en mayo.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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