TRES EN RAYA

En Brasil perdió el AMLO de ese país

Analizando varios elementos del gobierno de Bolsonaro, para ser de derechas, se parece mucho al presidente de izquierdas que tenemos aquí

En Brasil perdió el AMLO de ese país
Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Ganó Lula da Silva la presidencia de Brasil con una ventaja de menos de 1 punto porcentual; final cardiaco en el que 50.9% de los votos emitidos fueron para él. Gobernará un país sumamente dividido, pues además de la polarización social que se reflejó en lo cerrado de su victoria, la mayoría en la Cámara de Diputados es pro Jair Bolsonaro.

Si bien esta, la tercera campaña de Lula, al igual que lo hizo AMLO en México, estuvo basada en una alianza que abarcó desde la izquierda más recalcitrante, hasta liberales e iglesias cristianas; así como en una batalla contra la corrupción y el odio, una de las razones de la votación resultante tan cerrada es que la población no ha olvidado la corrupción de los dos periodos anteriores de Lula. Pero, bueno, a pesar de ello prefirieron a Lula que al neofascista Bolsonaro.

Lo anterior no deja de resultarme curioso. Analizando varios de los elementos del gobierno del hasta ahora presidente de Brasil pareciera que, para ser de derechas, se parece mucho al presidente de “izquierdas” que tenemos en estas latitudes...

Bolsonaro incumplió muchas promesas económicas; no logró que Brasil creciera a las tasas que había prometido, pero impulsó una paga para los más pobres (siguiendo el esquema de “Bolsa Familia”, pero incrementándolo). Desmanteló la política medioambiental y construyó autopistas destrozando todavía más la deteriorada selva del Amazonas. Entregó puestos clave de su gobierno a las Fuerzas Armadas y permitió que se empoderaran.

Brasil es de los países donde la pandemia del covid causó mayores estragos (700,000 víctimas). Su desaseada gestión incluyó retrasos en las compras de vacunas, la nula empatía por los enfermos y la promoción del uso de medicamentos sin sustento científico.

Un poco antes de que iniciaran formalmente los tiempos de campaña electoral, Bolsonaro se dedicó a señalar y a cuestionar al sistema electoral brasileño, diciendo que, de seguir cómo estaba, podría haber un fraude en las elecciones presidenciales donde él se presentó.

Hoy, ante su derrota, guarda un silencio sepulcral, pero hay sectores que le siguen apoyando y más de 11 estados están bloqueados en el país carioca; sus carreteras tomadas por simpatizantes de Bolsonaro que protestan por su derrota. Eso de no saber perder y no respetar las instituciones electorales desde el poder no solo se da en México... Para mayor seña, Steve Bannon, el exasesor de Donald Trump pidió a Bolsonaro desconocer los resultados de las elecciones y “auditar urna por urna”. Cualquier parecido con aquel “voto por voto” en México, es mera coincidencia.

Al final, lo cierto es que no importa si los gobiernos son de derecha (Bolsonaro, Trump) o de “izquierdas” (López Obrador, Lula), el populismo los une en el afán de perpetuarse en el poder en contra de la decisión de los ciudadanos.

El presidente de nuestro país adelantó la felicitación a Lula mismo antes de que se oficializara la victoria (sí, eso de la ‘no intervención’ es a contentillo). La esquizofrenia de López Obrador a todo lo que da. Hoy celebra la victoria de la izquierda en Brasil, pero antes apoyaba con todo su ahínco la causa de Trump al contender por un segundo periodo al frente de la presidencia norteamericana.

Eso sí, López Obrador no trata a todos “los conservadores” con el mismo rasero. Ahí tienen que nuestro titular del ejecutivo federal no dejó pasar la oportunidad de mofarse de Mario Vargas Llosa, el nobel peruano que apoyó a Bolsonaro... AMLO debería tener cuidado en sus dichos; alguien le podría decirle que el literato ‘echa la sal’ a candidatos extranjeros, pero él —López Obrador— hace más que eso: destroza las instituciones de un país mediante las cuales juró gobernar.

López Obrador no puede ufanarse de que América Latina sigue el ejemplo de México y es casi toda de izquierdas. Si consideramos el porcentaje de la población en la región representada por legisladores de derecha versus los de izquierda, tenemos que el primero sobrepasa por mucho al segundo. Ahora que si nuestro mandatario se refiere únicamente a la orientación política de los jefes de gobierno, habría que recordarle que Lula es “la” figura emblemática de la izquierda en Latinoamérica, no él.

Señalar, finalmente, que si de lo que se trata es de hacer paralelismos, al escuchar los hitos del gobierno de Bolsonaro pareciera que en Brasil perdió el AMLO de ese país. Todos deberíamos aprender de esta lección.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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