Una frase milenaria que se han apropiado innumerables deportes, disciplinas y prácticas de salud, pero que hoy en día podría ejemplificar uno de los sesgos más dañinos en nuestra sociedad. Si bien en su origen esta frase tenía un significado integral, donde los romanos pedían a los dioses tener ambos (cuerpo y mente sanas), con el tiempo pareciera que el ideal de balance comenzó a inclinarse de forma importante hacia el cuerpo sano, dando por hecho que al alcanzar este, en automático traería una mente sana también. Pero ¿la salud física implica también salud mental? ¿nos preocupamos igual por ambas?
Como resultado de la pandemia, en los últimos dos años hemos visto una revalorización de la salud en la escala de prioridades de la gente; estudios de Ipsos muestran que hoy en día las dos principales causas de felicidad a nivel mundial son la salud física y mental (¡Incluso por arriba de la familia!).
Destaca también que cuando pedimos a la gente que nos diga cuál de estas dos es la más importante, tres de cada cuatro personas declaran que salud física y mental son igualmente importantes. Sin embargo, las opiniones de la gente aún muestran un sesgo hacia la preminencia de la salud física; la proporción de gente que piensa regularmente en su salud física sigue
siendo superior a la que piensa en su salud mental (12% más alta), y en el caso de México, esta brecha es aún mayor (casi 20%).
Estas percepciones a nivel personal tienden a verse reflejadas también a nivel institucional; en la mayoría de los países, incluido México, se considera que los sistemas de salud le dan una mayor importancia a la salud física que a la salud mental.
A pesar de este sesgo, es notable la relevancia que ha adquirido recientemente la salud mental en la mayoría de los países. Previo a la pandemia, el cáncer era considerado por la gente como el problema de salud más importante a nivel global, seguido de la obesidad y la salud mental en tercer lugar. Desde su llegada en el 2020, el Covid ha monopolizado la atención en todos los ámbitos relacionados a la salud, y si bien con el tiempo (y las vacunas) ha ido perdiendo relevancia hoy en día continúa ocupando el primer lugar entre los problemas de salud que afectan a la gente.
Sin embargo, durante este periodo la relevancia de la salud mental se ha ido incrementando, y hoy en día ocupa ya el segundo lugar, superando tanto al cáncer como a la obesidad. En nuestro México la historia es un poco diferente. Antes de la llegada del Covid, la obesidad era considerada el principal reto de salud para los mexicanos, mientras que la salud mental apenas figuraba dentro de las preocupaciones de la gente.
De hecho, México tenía el triste “honor” de ser el último lugar en este aspecto, donde menos de una de cada diez personas lo mencionaba como un problema de salud relevante para el país. Con el paso del tiempo (y la pandemia) la consideración de la salud mental ha crecido, prácticamente duplicando su importancia en 2022, pero aún nos encontramos en el último lugar (de una lista de 34 países), empatados con Japón.
Este mes de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, mismo que busca retomar este balance entre mente y cuerpo, promoviendo una visión más integral del concepto de salud. Es claro que en México tenemos aun mucho por hacer, y tanto
gobierno, como empresas e individuos debemos poner el tema en la agenda, definir la mejor forma que cada uno puede contribuir desde sus competencias y trabajar juntos a fin de garantizar el desarrollo óptimo de todos los mexicanos.
Y tú, ¿cuándo fue la última vez que pensaste en cómo está tu salud mental?
¡Hasta la próxima!
POR RICARDO SALAS
Director de Public Affairs & Corporate Reputation / Ipsos en México
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