Alhajero

El bloque de contención se rompe entre injurias, lágrimas y desobediencias

La manzana envenenada que nos lanzaron desde el gobierno ya derrumbó el Bloque de Contención en el Senado y debilitó a la oposición, reconoció Gustavo Madero

El bloque de contención se rompe entre injurias, lágrimas y desobediencias
Martha Anaya / Alhajero / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

De nada valió la demanda del coordinador del PAN, Julen Rementería, a los senadores del PRI y del PRD para cumplir y respetar lo firmado por sus dirigencias en el convenio de Coalición que suscribieron; tampoco el llamado urgente de Jesús Zambrano a los senadores de su partido, el PRD, para votar en contra de la “militarización”.

No alcanzaron las lágrimas de la expresidenta del PRI, Claudia Ruiz Massieu –voz minoritaria en su propio grupo parlamentario- para atreverse a sostener en esta encrucijada su voto en contra de la nueva reforma al 5° transitorio –“sigo creyendo que la razón, la consistencia y la congruencia son más potentes y más dignas que la concertación sin esencia e incluso el miedo al poder”, diría-, en congruencia al legado de su padre, José Francisco Ruiz Massieu.

Ni la advertencia de Clemente Castañeda (MC) asentando que la adenda incorporada al dictamen de última hora, sólo había servido “para arrancar votos y construir salidas fáciles” para mantener a las Fuerzas Armadas en las calles hasta el 2028. O el reclamo de Nancy de la Sierra, del Grupo Plural, al son de ‘ahora resulta que debemos agradecer las migajas que nos dieron’.

Mucho menos surtieron efecto las hirientes palabras de Lilly Téllez que, bajo el amparo de la bancada azul, dijo que los de Morena votarían “no como perros por sus croquetas”, sino “como hienas a la espera de las sobras apestosas que les aviente el presidente". Expresión que le valió el reclamo de distintos senadores y que la morenista Lucía Trasviña se le plantara frente al micrófono a reclamarle.

Lo que ocurrió en el PRI y en el PRD, es que cada legislador decidió su voto libremente. En el tricolor, porque así lo definieron dentro del propio grupo parlamentario. Al final, de los 13 priiistas, sólo tres votarían en contra: Beatriz Paredes, Miguel Osorio Chong y Ruiz Massieu. Los otros diez se fueron con Morena.

En el sol azteca, en cambio, Miguel Ángel Mancera se saltó las trancas por su cuenta –en Comisiones se manifestó en abstención- y dio el sí a la propuesta de Morena, a pesar de ir en contra de la petición del presidente del PRD, que pa’ pronto subió un video en su cuenta manifestando el desacuerdo de su partido.

Las justificaciones o argumentaciones a favor del voto que plasmaría la mayoría de los senadores al final del debate fueron, en general, poco convincentes. Pocas llamaron la atención desde ese lado del debate. Acaso, la enjundia con que Jorge Carlos Ramírez Marín defendió la nueva propuesta para dar el sí con su voto tricolor.

En cambio, la exposición de Beatriz Paredes destacó el papel que en esta reforma jugó “el contexto” en que se daba. Contexto que, a su parecer, “magnificó” la reforma al 5°t. Esto es:

-Las contradicciones entre el candidato López Obrador y el hoy presidente acerca de que el Ejército volvería a los cuarteles; la contradicción en la estrategia de seguridad “abrazos y no balazos”; la experiencia sinaloense (con el hijo del Chapo) y la intervención de la delincuencia en las elecciones; algunos discursos excesivos a lo que nos tenían acostumbrados los mandos castrenses; el debilitamiento deliberado de las autoridades civiles.

El resultado al final de cuentas, como diría Gustavo Madero, fue que la “manzana envenenada” que les lanzaron, “ya derrumbó el Bloque de Contención” y le hizo “un mal perverso a la oposición, debilitándola”.

Efectivamente, tal era el trasfondo de aquella reforma a la Ley de la Guardia Nacional que se discutía en el Senado, pero al que casi nadie hizo referencia en tribuna. Y sin embargo, ahí estaba, como el elefante en la sala.

Transcurrieron más de ocho horas. A las diez de la noche con quince minutos, el tablero dejó ver la cifra mágica: los 86 votos a favor para lograr la mayoría constitucional. Y todavía uno más se agregaría. La votación final sería 87 a favor, 40 en contra, cero abstenciones.

Así, tras los fríos números en el tablero, no sólo se definía la presencia de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública hasta el 2028. Se forjaba además un nuevo tejido de alianzas –o diferencias- políticas.

Ricardo Monreal tenía mucho qué celebrar a pesar de lo agotador de la jornada. Con “parches”, “simulaciones”, “ilusiones” –a decir de los opositores- y múltiples negociaciones acompañadas por Adán Augusto López, secretario de Gobernación, el coordinador de la bancada morena ganaría la partida.

-0-

GEMAS: Obsequio de Claudia Sheinbaum: “Había un lugar que tenía el anterior jefe de Gobierno (Miguel Ángel Mancera), que era, ¿cómo le llamaba la gente? Sterling. Se volvió famoso este lugar, de hecho hay gente ya detenida por la Fiscalía General de Justicia, siguen las investigaciones, porque era un lugar que se dedicaba al espionaje”.

POR MARTHA ANAYA
MARTHAMERCEDESA@GMAIL.COM
@MARTHAANAYA

MAAZ

 

Temas