LA ENCERRONA

Brasil dividido y las encuestas fallando

“Renuncio a las encuestas durante las próximas cuatro semanas”. Brian Winter, analista de América Latina de Americas Society/Council of the Americas

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El domingo pasado se celebraron elecciones presidenciales en Brasil, el país más grande de Latinoamérica. En la contienda se enfrentaron el actual presidente, Jair Bolsonaro, representante de la ultraderecha y líder del Partido Liberal (PL), enfrente se encuentra Luiz Inácio da Silva, conocido mundialmente como Lula, símbolo de la izquierda y del Partido de los Trabajadores (PT). Además de otros siete candidatos y candidatas que no lograron alcanzar el punto porcentual, completaron la boleta Simone Tebet, de centroderecha y Ciro Gomes, también de izquierda, quienes combinados sumaron 7.5 % de las preferencias.

Si bien sabíamos que los demás candidatos no figurarían, meses atrás los diarios y encuestas previas, colocaban a Bolsonaro en la lona electoral y a Lula como presidente, sin embargo, la realidad es que el actual presidente obtuvo 43.2 y da Silva el 48.4 % de los votos en una elección donde el abstencionismo jugó un papel fundamental. Lo que también resalta es que una vez más fallaron los estudios demoscópicos, los cuales ponían a Lula alcanzando los puntos porcentuales necesarios para ser el ganador en la primera vuelta (50 %) y, por su parte, a Bolsonaro con hasta 10 puntos menos que los que obtuvo en la jornada electoral.

Así, lo que en principio se leía con claridad como el regreso de Lula, ahora se extiende la campaña 4 semanas más para volverse a enfrentar en el balotaje el próximo 30 de octubre. Para el logro de sus objetivos ambos candidatos necesitan redoblar esfuerzos donde no tuvieron buenos resultados, Lula en el sur conservador y Bolsonaro en el norte y noreste del país amazónico, ambos teniendo como objetivo principal el estado de Minas Gerais. Asimismo tratarán de convencer a los votantes de Tebet y Gomes, ambos más alineados a las propuestas de Luiz Inácio da Silva, pero que no concuerdan del todo con el expresidente y su partido, lo que hará muy complicado el cabildeo.

También es un hecho que estas 4 semanas veremos la radicalización de los discursos de ambos contendientes. Como es conocido, Jair Bolsonaro mostrará todo el poder de los recursos del estado a través de los programas sociales y su retórica a favor de las armas, de las concesiones y privatización de minas, la explotación del Amazonas y del “posible fraude” del instituto electoral, del cual ha dicho permanentemente que está amañado y será la única manera de que él pierda las elecciones, sosteniendo en campaña que :“Tenemos tres alternativas para mí: la cárcel, la muerte o la victoria”, provocando a la reacción de sus seguidores ante resultados adversos.

Por su parte Lula, además del cariño que le tiene la gente, ha basado su campaña en recordar lo realizado en sus periodos (2003-2010), en un aumento recaudatorio a los más ricos y señalando a Bolsonaro de su mala gestión de la pandemia. Si el ex presidente Da Silva quiere que el actual mandatario pase a la historia como el único que no se ha podido reelegirse (desde la democracia moderna en 1989), tendrá que cambiar su discurso y centralizarlo, pues ante un país tan dividido los sufragios “sueltos” son los de los votantes que buscan la estabilidad y neutralidad de su dirigente. Así, aun con la sorpresa de los resultados del domingo, Brasil formará parte de esta ola en la izquierda latinoamericana, pero, como sabemos, las encuestas suelen fallar.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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