El uso de algunos términos como digitación, digitalización y transformación digital ha aumentado en todas las industrias. A pesar de que los términos son especializados y diferentes, a menudo se usan de manera indistinta y se aplican de forma inconsistente. No es sólo un ejercicio semántico, es un ejercicio de todo el potencial transformador de una mentalidad, así pues, vale la pena entender la diferencia sobre todo en el ámbito cultural.
Para empezar, la digitación es el paso de un formato análogo a un formato digital. Mientras que la digitalización se refiere al uso de tecnologías digitales y datos digitalizados para impactar en cómo se realiza el trabajo, transformar la forma en que los consumidores -en este caso de cultura- y las instituciones y organizaciones interactúan creando nuevas fuentes de ingresos, a menudo digitales. Finalmente, la suma de la digitación y los procesos de digitalización dan lugar a la transformación digital. Un negocio digital es el resultado de una multitud de procesos de digitalización, es decir, pasar de cadenas de suministro a cadenas de suministros digitales y un paso esencial hacia la transformación digital.
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La transformación digital requiere una adaptación mucho más amplia de la tecnología digital y un cambio idiosincrático tanto del productor como del consumidor de cultura. La transformación digital tiene que ver más con las personas que con la tecnología digital, requiere cambios organizacionales que estén centrados en el público, en quién va a consumir los bienes, impulsados por desafíos radicales a la cultura, la creatividad de esta transformación, el aprovechamiento de tecnologías que empoderen y capaciten a los productores y todos los profesionales en la industria de la cultura.
La tecnología está cambiando las estructuras del mundo del arte, su mercado, así como sus posibles aplicaciones. Existen diferentes aspectos según las necesidades de cada agente en la industria cultural: artistas, escritores, actores, bailarines, curadores, directores, personal de museos y galerías, etcétera. La conversación entre todos ellos sobre la digitalización y la transformación de las industrias es una conversación normalizada hoy en día. Sin embargo, hay que reflexionar sobre su evolución e impacto en nuestra vida diaria y profesiones.
Asimismo, la tecnología ha cambiado las formas de crear y exhibir el arte. Es fundamental cuestionar y evaluar esta transformación digital, así como las formas de distribuir y comerciar con el arte en el espacio digital comercial e institucionalmente. Muchas estructuras y modelos de operación ya estaban saturados y después del estrés social, político y económico de una pandemia, es aún más evidente dicha saturación y necesidad de cambio.
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La tecnología hoy nos da la oportunidad de buscar modelos alternativos y de compartir recursos que propongan cambios efectivos y eficientes en la industria cultural, aprovechando la aplicación de los grandes avances tecnológicos de este siglo, combinando modelos híbridos del mundo físico y digital propicios para la industria del arte.
POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
@BERNIENOVAL
@MUSTWANTEDG
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