Este grupo de intelectuales, con una visión artística multidisciplinaria, fundó las revistas culturales más importantes de la época; además, modernizó el teatro mexicano y aportó muchas de las innovaciones al arte y la cultura de la sociedad mexicana de la primera mitad del siglo XX.
No obstante que Pellicer participó de las inquietudes de este grupo, es el que más difiere de los rasgos de esta generación, pues en su obra destacan las características modernistas de la escuela fundada por el nicaragüense Rubén Darío. Su obra poética es enorme, más de veinte libros de poemas, sin contar sus aportaciones publicadas en revistas, cartas y poemas dedicados a familiares y amigos. Desde sus primeros poemas se advierten los temas que prevalecerían en toda su obra poética: mar, cielo, junio y cristianismo.
Pellicer se fue a Europa como comisionado para estudiar la organización de museos y aunque su beca era de tres meses, se extendió mucho más tiempo y fungió como encargado de la Comisión Artística de la Asociación General de los Estudiantes Latinoamericanos en París. Su amor por la pintura y la arqueología llevó al poeta del trópico a estudiar museografía en la Sorbona y posteriormente a impulsar la apertura del Museo de la Cultura Olmeca en la Venta, Tabasco; el Museo Anahuacalli y el Museo Frida Kahlo, en la Ciudad de México.
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Cuando Frida Kahlo muere, Diego Rivera le pide a Carlos Pellicer que convierta la Casa Azul en un museo para que el pueblo de México pueda visitarla y admirar la obra de la artista. Pellicer seleccionó los cuadros de Frida que estaban en la casa, así como algunos dibujos, fotos, libros y cerámicas conservando los espacios tal cual los había adaptado el matrimonio para vivir y trabajar.
Diego dio instrucciones para que una parte del archivo y de los objetos personales de ella —como corsés ortopédicos, cartas y fotografías— no fueran exhibidos. Quedaron embalados en cajas localizadas en una bodega, en varios muebles e, incluso, en los baños de las recámaras del matrimonio.
Este formidable acervo estuvo oculto por más de medio siglo. Hace pocos años decidieron abrir las bodegas, armarios y baúles que lo resguardaban. El conjunto encontrado resultó es un tesoro que desvela los gustos e intereses de la famosa pareja, no sólo en lo que cuentan las fotografías sino también en las anotaciones al margen, y permite especular en torno a su mundo.
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En la breve biografía del poeta Carlos Pellicer Cámara, escrita por Samuel Gordon en 1997, se puede leer una carta fechada el 30 de julio de 1958 que el poeta le escribió a su amiga Frida Kahlo, una vez que Pellicer terminara la museografía de la Casa Azul “Ayer terminé de arreglar tu casa; a ver si cuando regreses no te peleas conmigo por todo lo que hice [...] Frida ¿te gustará lo que hicimos con tu casa? Bueno criatura adorable y única, nos estamos viendo”.
Carlos Pellicer nació hace 125 años, el 16 de enero de 1897, como ser humano y mexicano cumplió su trabajo con energía y acierto; fundando museos, fomentando la cultura, las artes plásticas, la arquitectura y escultura, siempre con gran compromiso social; pero como escritor Pellicer fue más allá porque abrazó el arte de la palabra y le fue fiel desde el principio hasta sus últimos días.
POR BERNARDO NOVAL
CEO MUST WANTED GROUP
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