DEFINICIONES

"Es una dicha tener a López-Gatell"

Mintió sobre el aplanamiento de la curva; el pico de la pandemia; el cubrebocas; que el COVID-19 sería más leve que la influenza…

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

No se toma en cuenta que los servicios prestados a la sociedad por el doctor Hugo López-Gatell han sido excepcionales. Es un profesional de primer orden, serio. Es una dicha el que contemos, en una circunstancia tan difícil, con un profesional con tanto conocimiento sobre la materia”. Eso dice el Presidente. Eso piensa López Obrador del subsecretario de Salud. Por eso lo tiene donde lo tiene. Por eso lo defiende como lo defiende. Por eso seguirá donde está, aunque desde su posición haya provocado un terrible daño al país.

López-Gatell ha fallado en todo cuanto ha pronosticado y equivocado calculando lo mismo picos que no llegaron, que aplanamientos inexistentes. Ha mentido una y otra vez sin ruborizarse, ha presentado información incompleta e intentado justificar lo injustificable.

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México atraviesa la cuarta ola de la pandemia, la cifra de muertes reconocidas por la Secretaría de Salud es de 304 mil 802, aunque expertos y la propia información pública hablan de, al menos, el doble, pero el subsecretario y responsable de la estrategia no deja de dar bandazos.

El 29 de febrero de 2020, aseguró que el nuevo coronavirus era “indistinguible de un catarro”. Dos días después, el 2 de marzo, comenzó su batalla contra el cubrebocas: “los cubrebocas no sirven”. Al otro día: “no hay necesidad de hospitales especiales”.

El 24 de marzo, recomendó, ante los primeros síntomas, no ir a hospitales para “no saturarlos”. A inicios de 2021 supimos que 70% de quienes van a recibir atención llegan 12 días tarde, en promedio. El 20 de abril de 2020 decretó el inicio del aplanamiento de la curva. El 16, se aventuró a pronosticar que para el 25 de junio la epidemia habría “concluido en el Valle de México”. Nada de eso sucedió. El 1 de mayo aseguró que el pico de la pandemia llegaría el 6 de ese mes “y después comenzará a descender”. Luego, el 11 de junio, estimó que el pico sería la semana del 15 de junio. Tampoco atinó.

El 4 de junio revisó sus pronósticos de muertes. Dijo que “el mínimo eran seis mil, otro escenario era ocho mil, otro 12 mil 500, y teníamos así hasta 30 mil, e incluso un escenario muy catastrófico que podía llegar a 60 mil”. Hoy México supera los 300 mil decesos. La lista de yerros es larga.

Mintió aplanando la curva. Mintió proyectando el pico. Mintió hablando del fin de la pandemia en el Valle de México. Mintió sobre que no se necesitarían hospitales especiales. Mintió señalando que el nuevo coronavirus era más leve que la influenza. Lo suyo es la mentira. Vaya, hasta su equipo mintió y ocultó su hospitalización cuando dio positivo a COVID-19.

A ese cúmulo de fallas habrá que agregar la negligencia que implica negarse a vacunar a menores de 5 a 12 años, pese a que la OMS lo recomendó ya. Ha fallado en todo. No es confiable. Los errores son incontables. Pero el Presidente sigue arropándolo; lo apapacha. Y aunque López Obrador lo diga, no, no es una “dicha” contar con el subsecretario.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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