Las asimetrías sociales, culturales, pero sobre todo, económicas en el mundo, inmersas en cualquier sociedad afectan en demasía el equilibrio de las relaciones sociales y productivas de las personas en grandes porciones del planeta. Estas desigualdades forman parte de un conjunto de características que constituyen el modelo económico que priva hasta ahora en casi todos los rincones del mundo.
Al respecto, un informe recién elaborado y dado a conocer por la organización internacional Oxfam, ha señalado que el conjunto de los millonarios globales ha aumentado su fortuna en unos cinco billones de dólares, el mayor incremento registrado desde que se lleva a cabo esta actividad, apunta la ONG en su informe “La desigualdad mata”.
De acuerdo con la investigación publicitada por la organización de la sociedad civil, las personas más adineradas del planeta vieron aumentar su capital en más de 821 mil mdd, desde marzo de 2020; mientras 99% de la humanidad se empobreció y 160 millones de personas cayeron en la pobreza.
La entidad critica que las 10 principales fortunas en el planeta pasaron de 700 mil mdd a sumar unos 1.5 billones durante los casi dos años de pandemia, según datos obtenidos de varias fuentes, incluido el Banco Mundial. Esta cifra es terrible, sobre todo, si se toma en consideración que se da en momentos tan críticos, como los que se han venido enfrentando por el COVID-19. Es un mensaje terriblemente polarizante y agresivo para tratar de justificar el orden social que actualmente priva en el mundo.
De acuerdo con la revista Forbes, las personas más ricas eran, al 30 de noviembre de 2021, Elon Musk, Jeff Bezos, Bernard Arnault y familia, Bill Gates, Larry Ellison, Larry Page, Sergey Brin, Mark Zuckerberg, Steve Ballmer y Warren Buffet, quienes vieron aumentar su capital en 821 mil mdd.
De igual manera, es importante destacar que el conjunto de los millonarios globales ha aumentado su fortuna en unos cinco billones de dólares, el mayor incremento registrado, apunta la ONG.
Más allá de estas alarmantes cifras lo que se ha logrado evidenciar, es que en medio de un contexto de emergencia sanitaria con alcances globales como ha significado el coronavirus, el verdadero desastre económico y social de alcance mundial, es la desigualdad que priva en todos los rincones de cualquier sociedad en el planeta. Lo que un estudio como este ayuda a ilustrar, es que el avance de la pobreza es una amenaza multidimensional que avizora catástrofes inimaginables, si no se logran modificar muchas de las políticas regionales en materia de regulación de capitales. Es importante que los gobiernos en el mundo homologuen la aplicación de impuestos sobre producción a la riqueza en favor de los que menos tienen.
Lo antes referido no debe entenderse o mal interpretarse como una persecución orientada hacia las personas más ricas o adineradas del planeta, sino como un mecanismo de instauración de una redistribución de los ingresos necesarios para tener mejor cobertura en los programas sociales o los servicios públicos que debe garantizar el Estado. El impuesto hacia la riqueza que concentra 1% de las personas más adineradas del planeta, serviría para implementar programas de desarrollo y habilidades tecnológicas que pudieran generar mejores condiciones de vida en la población mundial en general, protegiendo la conservación del planeta y cuidando los recursos naturales, por ejemplo.
POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES
PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
PAL