Desde el llamado “periodo especial” en los 90, los cubanos no habían vivido tiempos tan complicados y de una protesta tan fuerte como la ocurrida el pasado 11 de julio. A Miguel Díaz Reynoso, actual embajador de México en Cuba, le ha tocado vivir ambos momentos (el primero, como consejero cultural); tiempos signados por escasez de medicinas, alimentos, combustibles y por una profunda desesperanza.
“Un alarido” del pueblo cubano, diría el escritor Leonardo Padura; “un grito que es también el resultado de la desesperación de una sociedad que atraviesa no solo una larga crisis económica y una puntual crisis sanitaria, sino también una crisis de confianza y una pérdida de expectativas”.
La voz de los intelectuales, apuntaría el embajador Díaz Reynoso, es un nuevo fenómeno, “es algo distinto, algo que obliga a repensar las cosas”. Y mi impresión es que la voz de estos creadores como Padura, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, han tenido eco no sólo entre la gente, sino en las autoridades cubanas. Son voces equilibradas que están llamando al diálogo, a la serenidad. Son constructores. Y estos nuevos actores –¡quién lo iba a decir!– se convierten en los mediadores de algo que está pasando.
Cuenta, por cierto, que a Padura le ha caído una cantidad de críticas en Florida (EU) porque habla del bloqueo a Cuba en su escrito del “alarido”, y de que no se puede negar que éste tiene mucho que ver con lo que estamos viviendo: un ahogo absurdo de esto que dicen que es discurso pero no es discurso.
El diplomático jalisciense comenta, por otra parte, que al pasar de los días se empieza a ver con más serenidad lo que aconteció en julio, y el gobierno mismo “empieza a reconocer que hay ansiedad”.
¿Cuál es el trasfondo que comienza a quedar claro? Que (las autoridades cubanas) se han tardado en aplicar la actualización del modelo económico (abrir la inversión privada, apoyar a las pequeñas empresas familiares y darle nuevas facilidades al inversor extranjero), advierte. Para el embajador mexicano, el llamado de atención a las autoridades cubanas es: o lo aceleran –toman estas medidas inmediatamente que den trabajo e ingresos a la población–, o no se espanten que haya una nueva reacción, más allá de si hubo mano negra en la protesta, o de si se alentó desde fuera la protesta, etc.“La realidad es que hay descontento y sí hay un ‘alarido’ del pueblo cubano”, asienta el embajador mexicano. Yo creo que si no se entendió ésta, no se entendió lo de fondo. Me parece que ese es el gran tema: ¿Entendieron? ¿Se van a acelerar las medidas ya aprobadas? Es un tema de gobernabilidad lo que está enfrente, afirma el embajador Díaz Reynoso.
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GEMAS: En abierta rebelión, cinco de los siete magistrados del Tribunal Electoral destituyeron a su presidente José Luis Vargas y eligieron en su lugar a Reyes Rodríguez Mondragón.
POR MARTHA ANAYA
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