COLUMNA INVITADA

Nuestro Simón Bolívar

Durante la reunión plenaria con senadores de Morena, el canciller Marcelo Ebrard reiteró el llamado que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su discurso ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños

OPINIÓN

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Lila Abed/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Durante la reunión plenaria con senadores de Morena, el canciller Marcelo Ebrard reiteró el llamado que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su discurso ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA) con un nuevo organismo impulsado por países de la región, pero que este “políticamente en acuerdo con Estados Unidos”.

El canciller argumentó que el gobierno federal tiene la intención de salirse de la OEA por ser un “instrumento intervencionista” y que López Obrador abordará el tema con el presidente Joe Biden en el próximo encuentro de la Celac el 18 de septiembre.

La idea, según el Gobierno de la Cuarta Transformación, es construir un organismo autónomo parecido a la Unión Europea, basado en los derechos humanos y la democracia para impulsar una nueva relación entre los países de América, particularmente con Estados Unidos.

En su discurso del 24 de julio, AMLO hizo un tributo a Simón Bolívar y su lucha incansable por crear un proyecto de unidad en América Latina. Incluyó una frase que conlleva, a mi parecer, un mensaje subliminal de lo que significa realizar un cambio como el de la 4T, “no todo fue fácil en su lucha: perdió batallas, enfrentó traiciones y, como en todo movimiento transformador o revolucionario, aparecieron las divisiones internas que pueden llegar a hacer hasta más que las contiendas contra los verdaderos adversarios”. Es decir, la lucha interna puede ser más complicada que la externa.

Resaltó que Washington desde el siglo XIX “nunca ha dejado de realizar operaciones abiertas o encubiertas contra los países independientes situados al sur del Río Bravo” y destacó a Cuba como un caso ejemplar de resistencia contra los intereses del imperio.

Aunque reconoció la importancia de tener a Estados Unidos como vecino, AMLO dijo que los países latinoamericanos tienen que demostrar que “no somos un protectorado, una colonia o su patio trasero”. En cuestiones económicas, subrayó la interdependencia que existe entre los Estados que integran la región de América del Norte y que, debido al crecimiento de China en los últimos años, sugirió que no se deben imponer aranceles ni declarar guerras comerciales a ningún país. 

Por su parte, el canciller mencionó que reactivarían la cooperación con Palestina, aunque esta decisión genere molestia con Estados Unidos, y aprovecho el foro para festejar las negociaciones entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición de Venezuela y agradecer a China y a la India por su apoyo durante la pandemia.

La interpretación de estas declaraciones es que México se aleja de la OEA- un organismo que representa el imperialismo yanqui y que se ha convertido en un refugio para los opositores de la 4T- para acercarse a sus aliados regionales con ideologías afines al proyecto de López Obrador.

Aunque México presume que mantiene una buena relación con la Casa Blanca, difícilmente Estados Unidos aceptará integrarse a un organismo con tintes socialistas, que aplaude la gestión del régimen cubano, reconoce el crecimiento económico e influencia de China- su rival más importante a nivel internacional- y que en esencia representa una amenaza a su hegemonía en América Latina.

Como si fuera poco, México ha estrechado lazos con el Gobierno de Corea del Norte, marcó neutralidad ante la crisis humanitaria en Venezuela, rechazó firmar resoluciones contra la represión política en Nicaragua, y ahora colaborará con Palestina, enemigo de un aliado estratégico de Estados Unidos en Oriente Medio, Israel.

Podrán sustituir a la OEA, pero no a Estados Unidos.

POR LILA ABED
POLITÓLOGA E INTERNACIONALISTA
@LILAABED

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