HORIZONTE GLOBAL

Rayo de luz frente al apocalipsis climático

El panorama del calentamiento global ya nos alcanzó. La frecuencia e intensidad de estos fenómenos indican que es la nueva normalidad

OPINIÓN

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Isabel Studer / Horizonte Global / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Esta semana fue publicado un estudio actualizado de 2019, en el que miles de científicos de 153 países reiteraron su declaratoria de emergencia climática. Midieron 30 signos vitales del planeta, mostrando un deterioro acelerado en la mayoría de ellos. Ejemplos son la pérdida récord de nieve en los glaciares, la acidificación nunca vista de los océanos y la destrucción de más de un millón de hectáreas en el Amazonas.

Hoy, las olas de calor y la sequía en Estados Unidos y Canadá, así como las inundaciones en Alemania y China, se suman a los incendios de los últimos años en California y Australia, y los huracanes cada vez más poderosos, pintando un panorama climático apocalíptico que ya nos alcanzó y que fue predicho desde hace décadas. La frecuencia e intensidad de estos fenómenos indican que es la nueva normalidad.

El estudio también ofrece datos documentando el aumento acelerado de las emisiones de carbono en los últimos dos años, a pesar de la pandemia. Lejos de seguir las recomendaciones de los científicos, que incluyen la adopción de un precio global al carbono y la prohibición del uso de combustibles fósiles, las políticas climáticas se han rezagado en la mayoría de los países que, como México, siguen considerando la inversión en las energías fósiles.  

Desafortunadamente, el Acuerdo de París carece de herramientas que obliguen a los países a reducir dramáticamente sus emisiones de carbono. Por ejemplo, ha sido imposible negociar exitosamente el capítulo dedicado al comercio de emisiones, esencial para el establecimiento de un precio global de carbono. Otros mecanismos del pacto, como el de transparencia, que es indispensable para que las naciones cumplan con sus compromisos determinados, requieren de tiempo para su ejecución, impidiendo una respuesta inmediata. Y el liderazgo de EU, también imprescindible para acelerar la implementación del acuerdo, enfrenta obstáculos domésticos, como muestran las concesiones que el gobierno de Biden tuvo que hacer para que su plan de infraestructura obtuviera la aprobación bipartidista en el Congreso.

La política climática recientemente anunciada por la UE es un rayo de luz. Para reducir más de 30% sus emisiones a 2030, y así alcanzar su meta de cero emisiones netas a 2050, seguirán promoviendo las energías renovables, prohibirá la venta de vehículos a gasolina y diésel para 2035, e introducirá un impuesto fronterizo al carbón, cemento y fertilizantes, con lo que asegurará la competitividad de la industria europea. De ser aprobadas, las políticas sentarían un precedente significativo para dar respuesta a la emergencia climática. 

POR ISABEL STUDER
Directora, Alianza Universidad de California-México

dza