DEFINICIONES

Lozoya vs. Robles

Entre ambos hay un abismo. Para el exdirector de Pemex, deferencias y apapachos. Para la exsecretaria, todo el peso del Estado

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Rosario Robles cumple hoy dos años tras las rejas. El 13 de agosto de 2019 llegó por su propio pie a una audiencia; ya nunca salió. La detuvieron y dejaron privada de la libertad en el reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla. Su caso contrasta con otros, pero marcadamente lo hace con el de Emilio Lozoya, quien luego de estar prófugo de la justicia, fue detenido y extraditado desde España, para finalmente nunca pisar la cárcel —ni siquiera un juzgado— en nuestro país.

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Entre Robles y Lozoya, hay un abismo. Para ella, todo el peso de la ley y más, si es necesario. Para él, consideraciones y deferencias. 

Para la exsecretaria, cárcel, aunque no se justifique jurídicamente. Para el exdirector de Pemex, comodidades, aunque sean difíciles de justificar.

Robles lleva dos años en el penal femenil de Santa Martha Acatitla.

Lozoya, llegó hace más de un año extraditado y no ha pisado un juzgado.

Ella está acusada de ejercicio indebido del servicio público por omisión. Delito no grave que no ameritaría prisión preventiva. Él fue detenido acusado de delincuencia organizada, cohecho y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Delitos graves que ameritarían prisión preventiva. 

La dos veces secretaria en el sexenio de Peña Nieto se presentó voluntariamente ante un juez el día en que fue citada. El exdirector de Pemex estuvo prófugo de la justicia y fue detenido en Málaga, España, luego de contar con ficha roja de Interpol.

A ella un juez, le reclasificó el delito y aceptó pruebas que no resisten la mínima revisión presentadas por el MP. A él, le podrían ser retirados los cargos más graves y quizá libre la cárcel por su “cooperación”.  

Robles es parte de la narrativa de la cero tolerancia en el combate a la corrupción. Lozoya es “testigo colaborador” al que “hay que cuidar”, ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ella ha pedido en tres ocasiones el cambio de la medida cautelar, mostrando que las pruebas presentadas fueron falseadas y, por tanto, no habría riesgo de fuga. Él, parece fijarle a la FGR condiciones; más de un año después de su llegada, nadie lo ha visto.

Rosario Robles es “enemiga” de la 4T; Lozoya ya es aliado.

Ella tiene un diagnóstico médico por hipertensión arterial y rinitis crónica; él fue hospitalizado por anemia cuando llegó al país, aunque las autoridades españolas dijeron que no presentaba ningún síntoma hasta antes de tomar el avión en el que llegó extraditado. “Enfermó” en el camino.

Para Robles parece que no habrá debido proceso, presunción de inocencia y principio pro-persona que valga; para Lozoya, sobran atenciones.  

Hacia ella, parece venganza. Hacia él, conveniencia. Ella es demonio. Él está en camino a la purificación.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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