COLUMNA INVITADA

Elección cerrada: La derrota de AMLO

Es una elección más compleja, en tiempos y contextos diferentes

OPINIÓN

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Arturo Sánchez Gutiérrez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las encuestas reflejan la fuerza de Morena como un partido que mantendrá la mayoría de las preferencias. Sin embargo, eso no significa que alcance los triunfos de 2018. Es una elección más compleja, en tiempos y contextos diferentes. La encuesta más exacta será el próximo domingo, pero todo apunta a que en muchos estados y distritos los resultados serán más cerrados de lo que se pensaba hace algunas semanas.

No debiera sorprender que morena y sus aliados pierdan la capacidad de reformar la constitución en la Cámara de Diputados. Morena y el Presidente deben estar listos para aceptar esa realidad. Es común que en la elección intermedia el partido en el poder pierda ímpetu. Después de todo, el poder desgasta. Si ese fuera el escenario, el nuevo reto legislativo es ampliar los marcos de la negociación si se quieren realizar cambios de fondo. Algunos proyectos presidenciales habría que olvidarlos, como desaparecer al INE, y otros serían matizados por la oposición. Eso es lo que le conviene a la democracia.

En la noche de la elección y los días siguientes se construirán diversas narrativas. Todos los partidos saldrán a festejar triunfos y reclamar derrotas. La elección es tan grande que todos ganarán y perderán. En las gubernaturas donde la elección sea más cerrada, el detonador será el conteo rápido que organiza el INE. Los demócratas perdedores reconocerán la derrota y los demás anunciarán su derecho de acudir al Tribunal Electoral. Pero nadie podrá decir, como en el 2018, que ganó todo o que perdió todo. A pesar de dos años y medio de un discurso polarizador y de encono, la pluralidad se abrirá paso y tendremos un nuevo mapa político multicolor. Eso también le conviene a la democracia.

La pregunta siguiente es ¿cómo reaccionará el Presidente? ¿Le serán suficientes los triunfos que obtenga Morena y sus aliados, aunque no tenga los votos que deseara? Su retórica y estridencia contra las autoridades electorales, la oposición y los medios de comunicación ya la conocemos. Tendría que ser un demócrata convencido para reconocer las derrotas de su partido, que sin duda las habrá. Además, ahora no habrá Paseos de la Reforma que tomar o arengas de “voto por voto…”, y desde luego, no esperamos acciones como los llamados de Trump a la movilización, ¿verdad?

López Obrador intentó, mañanera tras mañanera, hacernos creer que la lucha política se reducía a estar con él o contra él. Si hubiera tenido éxito, se repetiría el escenario de 2018 en el que el su liderazgo fue abrumador. No será el caso. Mi apuesta es que los electores saben lo que está en juego en la elección: premiarán y castigarán. Independientemente de los resultados finales, el simple hecho de que las elecciones se hayan cerrado habla de la derrota del discurso presidencial, que no tiene el impacto de hace 3 años. El Presidente deberá actuar en consecuencia.

Por ARTURO SÁNCHEZ GUTIÉRREZ
PROFESOR INVESTIGADOR TEC MONTERREY
@ARTUROSANCHEZG

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