COLUMNA INVITADA

Nadie estará protegido hasta que todos lo estemos

Estados Unidos y China, entre muchos otros, han extendido la mano a nuestro país con vacunas e insumos médicos a lo largo del último año

OPINIÓN

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Efraín Guadarrama Pérez/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

La cooperación internacional es un elemento indispensable en el largo camino para que la humanidad salga, en el menor tiempo posible, de la crisis sanitaria más grave que se ha visto en un siglo

Por instrucciones del presidente Andrés Manuel López Obrador y del canciller Marcelo Ebrard, el sábado pasado salieron tres aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana hacia Belice, Bolivia y Paraguay, con 400 mil vacunas AstraZeneca producidas en la iniciativa binacional con Argentina. 

Esta donación —realizada en el marco de la presidencia que ostenta México en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)— significó una muestra de solidaridad y liderazgo regional de nuestro país, que se ha posicionado como una de las voces más sonoras en los escenarios internacionales que reclaman un acceso justo, equitativo y universal.

El envío de vacunas a Belice, y próximamente a Guatemala, es de especial interés para México, ya que, al compartir frontera, la inmunización de su población permitirá la regularización de los cruces de personas entre nuestros países y la reactivación económica de la zona.

Por otra parte, los esquemas de vacunación con AstraZeneca aplicados en Bolivia entraron en incertidumbre por el bloqueo de exportaciones de la India, que suspendió indefinidamente el envío de segundas dosis. 

La cooperación de nuestro país permitió que se completaran dichos esquemas garantizando su protección. Para Paraguay, el acceso a las vacunas ha representado un reto mayúsculo, dado que el mecanismo Covax de las Naciones Unidas no respondió oportunamente a sus países afiliados. 

Paraguay no ha logrado vacunar a la totalidad de su población vulnerable, por lo que la cooperación mexicana le permitió mantener y acelerar el curso de su plan de vacunación.  

Estas muestras mexicanas de solidaridad con Latinoamérica se lograron sin interrumpir el avance sostenido del Plan Nacional de Vacunación de nuestro país. 

Los argumentos nacionalistas en contra de la cooperación internacional para el combate de la pandemia de COVID-19 caen  por su propio peso: si estas voces se hubieran impuesto en los  países productores, Latinoamérica —incluido México— no tendría vacunas. 

Los mexicanos hemos sido beneficiados en diversas ocasiones por este tipo de actos humanitarios, tanto durante esta pandemia como en casos de desastres.  

Estados Unidos y China, entre muchos otros, han extendido la mano a nuestro país con vacunas e insumos médicos a lo largo del último año.  

Ante un escenario internacional de escasez de vacunas y desde una visión solidaria, es nuestro momento de ayudar a los países que no han tenido las mismas posibilidades que México.

Este virus no conoce de fronteras ni de nacionalidades. La cooperación internacional es un elemento indispensable  en el largo camino para que la humanidad salga, en el menor tiempo posible, de la crisis sanitaria más grave que se ha visto en  un siglo. 

Como lo afirmé en la ceremonia de entrega de las vacunas en Asunción, Paraguay: Nadie en Latinoamérica estará protegido hasta que todas y todos lo estemos.

POR EFRAÍN GUADARRAMA PÉREZ
COLABORADOR
@EFRAIN_GP

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