El país entero vive desde hace muchos años en el infierno de la inseguridad. Ninguna estrategia para enfrentar al narcotráfico y al resto de la delincuencia organizada ha funcionado, reconoció el canciller Marcelo Ebrard después de su entrevista virtual con el secretario de Estado Norteamericano Anthony Blinken, quien le manifestó su preocupación, nada más su preocupación, por tan delicado asunto.
No es nuevo lo que afirma Ebrard; todo México sabe que la guerra contra la delincuencia organizada declarada por Felipe Calderón, cuatro días después de haber tomado posesión, fue un rotundo fracaso; que el “México en paz” en donde el ciudadano sería el centro de las políticas de seguridad, que prometió Enrique Peña Nieto al arranque de su sexenio, fue una vacilada, y que la propuesta de “abrazos no balazos” de Andrés Manuel López Obrador “hizo agua” al día siguiente de su anuncio.
Te podría interesar
Ebrard y Blinken reconocieron que el consumo sigue incrementándose, las armas y los homicidios siguen subiendo; la violencia y el tráfico de drogas no se han podido reducir. Blinken, según Ebrard, prometió hacer algo para detener el flujo de armas de alto calibre y municiones procedentes de Estados Unidos, aunque, según los escépticos fue “de dientes para afuera”; eso mismo prometieron Trump, Obama, Clinton, et al. También le dijo que escuchará las propuestas que el gobierno mexicano le presentará en los próximos días para trabajar de manera conjunta e innovadora en aras de alcanzar el objetivo.
Pero el propio canciller pareció desmentirse de todo lo anterior cuando dijo: “El tema de seguridad quedó pendiente porque el gobierno de Estados Unidos está organizando su esquema y México está preparando lo que va a ser su propuesta”. O sea, no hay nada en la materia más que puro bla, bla, bla…
Si las estrategias de combate al narco con apoyo constante y financiero de Estados Unidos, que representan el principal mercado del narcotráfico, NO han funcionado, porque lo único que han conseguido es rendir la plaza a los delincuentes, entonces lo que se requiere es cambiarlas, no modificarla como se ha hecho en cada sexenio. Ebrard parece tenerlo muy claro cuando afirma que la nueva estrategia bilateral en materia de seguridad “tiene que partir de una visión crítica de lo que se ha hecho para hacerlo mejor”.
AGENDA PREVIA
Mientras que los analistas financieros y bursátiles bisoños prevén fuga de capitales por la aprobación de la Ley de Reforma Eléctrica, el gobernador del Banco de México modificó su expectativa de crecimiento de 3.3 a 4.8 por ciento para 2021; casi extasiado, precisa que al final del año podríamos alcanzar hasta el 6.7%. No se ilusionen, nada de esto significa que vamos a salir de la mediocridad en la que hemos estado los últimos 30 años, porque según el funcionario, en 2022 el crecimiento económico sería de 2.6 al 3.3 por ciento.
Por LUIS SOTO
LUISAGENDA@HOTMAIL.COM
@LUISSOTOAGENDA
dza