AGENDA CONFIDENCIAL

Pactistas se quejan

La reforma energética del nuevo PRI del Siglo XXI sirvió para puras vergüenzas, y la contrarreforma que aprobaron los de Morena, servirá para lo mismo

OPINIÓN

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Luis Soto / Agenda Confidencial / Opinión El Heraldo de México

Los partidos políticos que firmaron el Pacto Por México en diciembre de 2012 y aprobaron --a billetazos, ha dicho el presidente de la República-- la reforma energética en la administración de Enrique Peña Nieto, pusieron el grito en el cielo por la contra reforma energética que propuso el Ejecutivo en su iniciativa preferente, ratificada el martes por el Senado de la República.  

¡Qué horror! Exclaman priistas, panistas y perredistas que en la discusión y análisis – es un decir—de la susodicha iniciativa para reformar la Ley de la Industria Eléctrica. “Se viola lo establecido en el Capítulo 22 del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que se refiere a las empresas propiedad de los Estados y sus monopolios designados, y que en su Artículo 22.4 prohíbe a todos los Estados que lo integran, para las actividades comerciales, dar un trato discriminatorio a las empresas de otros estados firmantes”, señaló Miguel Ángel Mancera coordinador de los perredistas en el Senado de la República. Aunque pareció contradecirse cuando se refirió al Artículo 25 de la Constitución que establece que la transmisión y distribución de la energía eléctrica son áreas estratégicas y corresponden de manera exclusiva al Estado. Aunque el Artículo 28 expresa que la generación y comercialización, deben llevarse a cabo en un mercado de libre competencia. ¿O sea?  

A juicio del senador, también perredista, Antonio García Conejo, la reforma aprobada derivará en un aumento en las tarifas en el suministro de energía eléctrica, aunque en el discurso se afirme lo contrario. “Impactará principalmente en el bolsillo de las familias mexicanas, sacrificando los pocos recursos de aquellos que menos tienen en un servicio que es básico para la vida diaria, la energía eléctrica”.  Bueno, cuando se aprobó la reforma energética de Peña Nieto en 2013, Luis Videgaray prometió muchas cosas bonitas para las familias mexicanas y para todo el país, y después de 6 años, no hemos visto ningún beneficio, apuntan los observadores objetivos e imparciales.   

Las priistas Beatriz Paredes y Claudia Ruiz Massieu se quejaron del desaseo en el proceso para aprobar la contrareforma, y pintaron un negro escenario para todos los sectores de la economía, incluyendo al campo mexicano que podría perder competitividad por tarifas eléctricas caras; expresaron su temor por las represalias de nuestros principales socios comerciales, y otras cosas horribles, horribles. Disculpen a este par de damitas, no saben lo que dicen, apuntan sus detractores.      

Algunos especialistas consultados por el columnista, que, si saben del tema, consideran que, con la contrarreforma en cuestión, los de Morena van a darle en la torre al país, aunque confían en la honestidad valiente de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que la eche abajo.  

La realidad es que la reforma energética del nuevo PRI del Siglo XXI sirvió para puras vergüenzas, y la contrarreforma energética que aprobaron los de MORENA, servirá para lo mismo

Por LUIS SOTO
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