CAMPUS

Holiday in Chaco

La seguridad, la generación de empleos y la vacunación son las asignaturas pendientes de este gobierno, así como la ventana de oportunidad para La Alianza Opositora.

OPINIÓN

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Alejandro Echegaray / Campus / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El presidente López Obrador ha sido muy parco, casi críptico, para mostrar su agenda programática. Sabemos que quiere destinar el gasto a clientelas electorales, centralizar el poder, fortalecer a la CFE y PEMEX, y eliminar la política social del periodo neoliberal. Pero cuando hay invitado en casa, hay que lucirse, darse importancia: hay que brillar. Después de la ceremonia de bienvenida, AMLO invitó al presidente Arce Catacora a presenciar una conferencia matutina y mostrarle su estilo personal de gobernar.

Lo quiso impresionar, así que le ordenó al Doctor Alcocer erradicar el Chagas en Oxkutzcab, un pequeño poblado de Yucatán, y al Secretario de la Defensa dar el parte a un reportero por las muertes extrajudiciales por parte del ejército. Acto seguido, fustigó a la sociedad civil organizada por ser parte de las atrocidades perpetradas durante el periodo neoliberal.

Pero hizo algo más. Al adular a Evo y reconocer sus logros nos mostró su hoja de ruta: administración estatal de los recursos naturales y distribuir las utilidades de las empresas de manera equitativa. La falsa promesa de recibir beneficios sin esfuerzo alguno y que ha interiorizado el morenismo con mucho éxito.

A los jóvenes nacidos en los ochenta los tienen embelesados los regímenes autocráticos, donde los designios de una sola persona tienen ascendencia absoluta sobre el destino de los demás. Los de menos luces se han maravillado con los logros pírricos de regímenes como el venezolano, cubano o boliviano. En América Latina el apoyo a la democracia cayó a 48% en 2018; en Europa, el voto por partidos iliberales se multiplicó de 7% a 20% en los últimos 15 años; y en Estados Unidos, sólo 29% de los menores de 40 confía en el régimen democrático.

Esta semana se publicaron los resultados de la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020 levantada por el INEGI en colaboración con el INE. Los resultados muestran que 8 de cada 10 mexicanos se inclinan por un líder político fuerte, y el 40% de la población favorecería un gobierno encabezado por militares. Esto no emana de una proclividad cultural de los mexicanos a ser gobernados por autócratas o dictadores. Tampoco se debe a una nostalgia setentera de la dictadura perfecta. El descontento con el pluralismo y la democracia se derivan de la desigualdad en la distribución del ingreso. Esa disparidad y la mala gestión en materia de seguridad de la administración anterior condujeron al electorado mexicano a votar por el proyecto político que enarbolaba la bandera de “primero los pobres”. Sin embargo, el presidente y su partido tendrán que refrendar el apoyo de su electorado.

Morena llega a las elecciones con 10 millones de mexicanos que han engrosado las filas de la pobreza y 12 millones más en pobreza patrimonial; así como más de 33 mil asesinatos al año. La seguridad, la generación de empleos y la vacunación son las asignaturas pendientes de este gobierno, así como la ventana de oportunidad para La Alianza Opositora. Ceci n'est pas une écrit sur la musique de Illya Kuryaki y los Valderramas.

POR ALEJANDRO ECHEGARAY
POLITÓLOGO
@AECHEGARAY1

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