En muchos lugares, como Palacio Nacional, por ejemplo, ha pasado inadvertido el serio problema que existe en Nayarit, derivado de la negativa del gobernador, Antonio Echevarría García, a otorgar recursos para organizar los comicios del 6 de junio, en los que deben renovarse la gubernatura, 30 diputaciones locales, 20 alcaldías, 20 sindicaturas y 197 regidurías.
Desde el Instituto Nacional Electoral advierten que lo que ocurre en aquella entidad es un escándalo que podría derivar en una crisis de gobernabilidad y sentaría un muy mal precedente para la vida democrática del país.
Y es que los antecedentes de esta historia están a la vista de todos, por lo que resulta muy extraño que muy pocos le hayan puesto atención.
El Congreso estatal aprobó un presupuesto de poco menos de 200 millones de pesos para los comicios, mismos que recibió el gobierno de Echevarría, junto con las partidas federales, sin embargo, ha dicho que no tiene dinero.
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Está negando los recursos para boletas locales, instalación de casillas y capacitación de funcionarios electorales, con todo y que Nayarit recibirá 21 mil millones de pesos de transferencias federales, más mil 700 millones de ingresos propios.
Es decir, dispone de 22 mil 700 millones de pesos, y el instituto electoral local requiere de 182 millones, sólo 0.8% del presupuesto del estado.
Pero el descaro del mandatario no para ahí. El pasado 26 de febrero envió una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador en la que “se adhiere” al Acuerdo Nacional Por la Democracia y le garantiza elecciones apegadas a la legalidad, transparentes e imparciales.
Sin embargo, lo hizo el mismo día que su secretario de Finanzas, Juan Luis Chumacero, envió el oficio Núm. SAF/359 /20221, a José Francisco Cermeño, presidente del Instituto Electoral Estatal, para notificarle lo siguiente:
“Nuestra entidad en estos momentos no cuenta con las condiciones financieras para suministrar a dicho ente público los fondos necesarios para llevar a cabo la organización del proceso electoral 2021, generado como consecuencia de los efectos económicos derivados de la pandemia del COVID-19”.
Con esto queda claro que lo de Nayarit no un asunto
administrativo.
Es un tema político peligroso, y más cuando Echevarría está por perder el control político, debido a que el mejor posicionado en las encuestas es el senador Miguel Ángel Navarro, candidato opositor a su gobierno.
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Otro tema que debe resolverse da cara a las elecciones de Nayarit es quién habrá de suplir al senador Navarro, ahora que solicitó licencia para contender por la gubernatura, en virtud de que su relevo, Daniel Sepúlveda, no puede ocupar el cargo porque es ministro de culto religioso y el Senado aprobó una nueva elección para senador. El tema, ya adelantaron, será impugnado por la oposición.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “El abuso del poder es una enfermedad, al parecer incurable, del ser humano y, claro, que produce desorden”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
dza