Ahí van de nuevo al desastre. No aprendieron. No entendieron nada. La oposición partidista repite los mismos errores que los hundieron en 2018. Insisten con la fórmula fallida de la alianza que desdibuja la identidad de cada uno de los partidos que se mezclaron sin pudor, apostando a hacerle montón a Morena, y la aderezan con –salvo excepciones- cartuchos quemados. Reciclan a aquellos que fueron vapuleados en las urnas. Vuelven a hacer lo mismo, esperando un resultado distinto.
Desde hace meses los presidentes del PAN, PRI y PRD, han insistido en que su alianza, “Va por México”, es de carácter ciudadano y pone en el centro a los ciudadanos. La realidad es otra. La unión es para llevar a posiciones de poder a los mismos políticos de siempre. Las caras nuevas, los rostros ciudadanos, brillan por su ausencia. Van por el botín, quieren una rebanada más grande del pastel.
En las candidaturas con posibilidades reales de triunfo y listas plurinominales a la cámara de diputados, hay todo menos lo que en el discurso vendió la alianza partidista.
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En el PAN, impulsaron a la excandidata presidencial Margarita Zavala, el exdiputado Jorge Zermeño, el exgobernador de Jalisco Francisco Ramírez Acuña, la exdirectora del DIF Ana Teresa Aranda, la varias veces secretaria general del PAN Cecilia Romero, el exsecretario de Gobernación Santiago Creel, el dueño de la pandilla panista en CDMX Jorge Romero… los mismos, las mismas.
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En el PRI, igual o peor. Postuló a su presidente nacional, Alejandro Moreno y a su secretaria general, Carolina Viggiano, encabezando, cada uno, una lista plurinominal a San Lázaro. También va el esposo de ella, el exgobernador de Coahuila Rubén Moreira. Además, el secretario de Organización, el peñista Ricardo Aguilar, y los juniors Pablo Gamboa y Eduardo Murat, hijos del ex senador Emilio Gamboa y del exgobernador de Oaxaca José Murat.
Pablo Guillermo Angulo, líder de la Red Jóvenes X México, cercanísimo a Moreno, también aparece en las listas, junto con el exgobernador de Durango, Ismael Hernández Deras y el exsecretario de Economía Ildefonso Guajardo.
Nada nuevo.
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Los ciudadanos, se les olvidaron. Los usaron para el discurso, recurrirán a ellos para pedir el voto, pero de candidaturas, nada.
Así, Morena se alista para un día de campo en el que, con sus aliados, podría repetir sin sobresaltos la mayoría en la cámara de diputados.
Ayer, El Financiero publicó su más reciente encuesta de intención de voto de cara a la renovación de San Lázaro el 6 de junio. Morena concentra el 38% de las preferencias; PAN, 11%; PRI, 10%; PRD, 3%; ninguno o no sabe, 33%.
Para el partido en el gobierno, el mayor adversario no es el que representan PAN-PRI-PRD, sino la revuelta interna. La verdadera disputa está en casa. Con una disminuida oposición, y viejos conocidos como adversarios, las patadas que pueden provocar daño, son dentro del partido. Y esa disputa por el poder -sirva el caso de Guerrero para ilustrar-, es de pronóstico reservado.
Pero por lo que sucede afuera, con los perfiles que “Va por México” presenta, pueden estar tranquilos.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN
avh