OJOS QUE SÍ VEN

Lo suyo ¿no es la venganza?

Conforme avanza el tiempo López Obrador se vuelve cada vez más intolerante a la crítica

OPINIÓN

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Jesús Martín Mendoza / Ojos que sí ven / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Aunque Andrés Manuel López Obrador, quien trabaja como presidente de este país, diga que lo suyo no es la venganza, una venganza es lo que busca en contra del Auditor Superior de la Federación David Colmenares, luego de que se dieran a conocer los cálculos del costo que tuvo para México la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco del orden de 331 mil millones de pesos. En pocas palabras, nos salió “mas caro el caldo que las albóndigas”. En México sabemos que “palo dado ni Dios lo quita” y aun cuando el presidente López Obrador ha amenazado por todas las vías al auditor superior por dar a conocer ese impresionante dato, los mexicanos sabemos que su berrinche y sus ganas de destrozar a quienes lo minimizaron en el pasado no tiene límites. Su odio es inconmensurable. Es imposible que la Auditoría Superior de la Federación se “equivoque” de esa forma. Estamos ante un dato real que ha impresionado al mundo entero. Con su socarrón argumento de “yo tengo otros datos”, el presidente de este país quiere fuera de la ASF a David Colmenares, y en la conferencia matutina de ayer jueves, el señor López Obrador solicitó (ordenó) respetuosamente a la Cámara de Diputados investigar a la Auditoría por el informe que calificó de tendencioso, falso y según sus argumentos, un documento que busca dañarlo y complacer a sus opositores. Conforme avanzan los días, la furia del inquilino de Palacio Nacional crece, al grado de que el propio David Colmenares ha ofrecido hacer las revisiones correspondientes para “ajustar” el dato a lo que quiere convencer el presidente en torno a su despropósito de aeropuerto. Es preocupante que México tenga a un hombre que reacciona de esa manera. Conforme avanza el tiempo López Obrador se vuelve cada vez más intolerante a la crítica y a que lo exhiban como lo que es, un hombre que se descompone a la más mínima evidencia. No se si al final del camino, López Obrador aplastará políticamente a David Colmenares por decir la verdad, pero quien esta fuera de esta arena política y tiene la obligación moral de dar a conocer lo que sabe, es Carlos Urzúa, quien fue el primer secretario de Hacienda de la presente administración. Carlos Urzúa le renunció al presidente por estar claramente en contra de la cancelación del NAIM y por no ver ninguna utilidad en la construcción de la impresentable refinería de Dos Bocas Tabasco. Si alguien puede confirmar o desmentir los datos de la ASF es nada menos que Carlos Urzúa. Este oscuro episodio será recordado por siempre. Un hombre descompuesto por el poder y quienes lo rodean, muertos de miedo.

Corazón que sí siente

“y, sin embargo, se mueve”, dijo Galileo Galilei en 1633 al salir del Santo Oficio perdonado, luego de retractarse de su teoría helio centrista. Así Colmenares dirá: “y, sin embargo, se gastaron un dineral”.

POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
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