ASÍ LO VEO YO

“Israel es quien más nos ayuda”, afirma el Dr. Basher Abu Jarad, médico palestino de Gaza

Desde la fundación del proyecto, hace ya algo más de 25 años, han sido tratados 5,725 niños de diferentes partes del mundo por problemas cardíacos diversos

OPINIÓN

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Jana Beris / Así lo veo yo / Opinión El Heraldo de México

JERUSALÉN. De joven, el Dr. Basher Abu Jarad, hoy de 63 años, se especializó como cardiólogo infantil en el Hospital Wolfson de la ciudad israelí de Holon, bajo la supervisión del Dr. Akiva Tamir. Había cursado estudios de Medicina en la universidad de Alejandría en Egipto y luego cateterización cardíaca en El Cairo.  Trabajó en su disciplina en la Franja de Gaza, donde vive, y fue Director del hospital de niños Al-Dorra.

Más de 20 años después el médico sigue en contacto directo con el hospital Wolfson, concretamente con el proyecto humanitario “Salvar el Corazón de un Niño” que allí funciona (conocido como SACH, por su sigla en inglés), para enviarles niños palestinos de Gaza con problemas cardíacos, muchos de los cuales son operados en Israel. 

Hoy, abuelo de 3 nietos y ya jubilado, trabaja en forma voluntaria, revisa a sus pequeños y jóvenes pacientes y los envía cuando es necesario al Wolfson, por cuya ayuda está profundamente agradecido.

Y no es el único. Desde la fundación del proyecto, hace ya algo más de 25 años, han sido tratados 5,725 niños de diferentes partes del mundo por problemas cardíacos diversos. En el transcurso de 2020, fueron 328. Y en lo que va de 2021, ya son casi 50.  En estos momentos hay 9 niños de Tanzania, 3 de Zanzíbar, 2 de Gambia, 1 de Etiopía, 7 palestinos (5 de Gaza y 2 de Cisjordania). Y durante la pandemia, han sido operados 66 niños palestinos.

Además, en el marco de este proyecto humanitario israelí, reciben capacitación profesional médicos, enfermeras y técnicos diversos. En estos momentos hay 3 enfermeras en capacitación (todas ellas de países africanos) y 5 médicos, 4 de ellos palestinos, de los cuales 2 son de la Franja de Gaza.

“Trabajo en forma voluntaria examinando niños con problemas cardíacos congénitos, todos ellos en Gaza”, explica Basher Abu Jarad. “Y cuando es necesario que pasen una intervención cardíaca, yo lo coordino con la Asociación Cardíaca Civil y referimos el paciente al hospital Wolfson en Israel”, cuenta.

Esto comenzó cuando tras estudiar medicina en Egipto, se especializó en cardiología pediátrica con el médico israelí Dr. Akiva Tamir del Wolfson, al que llama “mi hermano”.

Hasta la pandemia, todos los martes funcionaba en el hospital Wolfson la “clínica palestina” a la que llegaban a examinarse, a veces para una operación, niños palestinos de Gaza y Cisjordania. Todos esperan poder reanudarla lo antes posible. 

“La pandemia detuvo la actividad normal. Ahora puedo derivar solamente a los pacientes que requieren operación o cateterización. Pero quisiera destacar a pesar del coronavirus, que está por todos lados, por todo niño que necesita la operación, lo solicito desde Gaza y en el Wolfson arreglan todo para que pueda ir al hospital”.

No quiere entrar en política, por considerar que la medicina sirve a la paz. "Somos médicos y debemos tratar a los pacientes sin distinción ninguna por religión u origen. Y eso es precisamente lo que hace Israel. Esa es la actitud de mis colegas israelíes. Cuando yo voy al hospital Wolfson y estoy allí con mis colegas, siento que somos hermanos, que no hacen ninguna diferencia entre los niños palestinos y los israelíes o de otros países que llegan a tratarse allí. Todos reciben el mismo tratamiento, según lo que necesitan”.

En sus palabras, “el programa israelí “Salvar el Corazón de un Niño” nos ayuda enormemente, además de financiar todo el tratamiento. Sin este proyecto, muchos niños no se salvarían por sus problemas de corazón. Y además, también capacitan a médicos palestinos”.

El Dr. Basher resume su mensaje en forma terminante: “la mayor ayuda que los palestinos reciben, viene de Israel. Sin duda. Israel juega un rol clave en la ayuda al pueblo palestino”.

POR JANA BERIS
PERIODISTA
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