Este fin de semana dos fuerzas políticas cruzaron su propia aduana: Movimiento Ciudadano (MC), con audacia, y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), sin lograr sortear sus conflictos internos.
El partido naranja no sólo presumió la presencia de su creador, Dante Delgado, como su líder nacional y estratega para las elecciones de 2024, sino al caballo negro que ya asoma como gran competidor entre los presidenciables: Luis Donaldo Colosio Riojas, actual alcalde de Monterrey por MC.
Desde su trinchera, en el marco de la Convención Nacional Democrática del partido, pintaron raya –como lo han venido haciendo en los últimos años-: no se sumarán a la alianza opositora PAN-PRI-PRD.
Pero un matiz bien interesante marcó el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro:
“En este proyecto –dijo– no creemos en las alianzas simplonas con los partidos tradicionales, pero sí creemos en la posibilidad de hacer del diálogo una oportunidad para tratar de sumar a distintas expresiones políticas que necesitamos para construir un proyecto competitivo”.
Es decir, están abiertos a que otros se sumen a ellos (aunque no precisamente “la vieja clase política”).
Una posición audaz la de Movimiento Ciudadano, sin duda, con ganas de dar la batalla a partir de sus propias fuerzas y condiciones.
Los perredistas, en cambio, no lograron pasar del mea culpa inscrito en el discurso de su líder nacional, Jesús Zambrano, a los cambios requeridos en sus estatutos, en la dirección nacional y en el modelo a seguir del propio partido.
Timoratos, a falta de consenso, resolvieron convocar hasta dentro de nueve meses a un Congreso Nacional de 2022, “en donde se procesarán todos los acuerdos necesarios que permita lograr el fortalecimiento de nuestra dirección nacional”.
Iniciar la transformación “en unidad” le llaman los del sol azteca, aunque lo cierto es que las luchas internas por el poder volvieron a imponerse entre las tribus y sus militantes.
De sus resolutivos, destaca acaso que –al igual que Movimiento Ciudadano– se sitúan en el terreno de la socialdemocracia, aunque el PRD agrega la búsqueda de un “Estado Democrático de Bienestar”.
Y suman este otro paso, más simbólico que otra cosa: abandonar el Foro de Sao Paulo (en el que se congregaban desde los 90 grupos y partidos políticos de izquierda latinoamericanos) para evitar convivir con regímenes autoritarios como lo son hoy los de Nicaragua y Venezuela.
Ningún cambio de fondo, pues.
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GEMAS: Obsequio de Santiago Nieto: “No hay nada que esconder. Aumentaron mis deudas, no mi patrimonio. La información del crédito mancomunado que obtuve es pública y mi esposa y yo lo estaremos pagando por 20 años. Todo está declarado ante el SAT y ante la SFP”.
POR MARTHA ANAYA
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