Columna Invitada

Ciberdemocracia y voto electrónico: retos para su implementación

Una de las posibilidades frente a la también llamada “democracia digital” es la que abren los sistemas de votación electrónicos, que constituyen uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos

Ciberdemocracia y voto electrónico: retos para su implementación
Dania Ravel / Colaboradora / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

El impacto de la tecnología en la vida cotidiana es incuestionable, y nos enfrenta a nuevos desafíos. En el marco de la llamada “ciberdemocracia” —definida por Víctor Manuel Morales y Wendolyne Nava como el "conjunto de prácticas que permiten ampliar la participación ciudadana a través de las redes digitales"(1)— es necesario cuestionar todos los aspectos que inciden en una participación ciudadana que busca potenciarse con el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que dan nuevas posibilidades de gobernabilidad a partir de la infraestructura tecnológica.

Una de las posibilidades frente a la también llamada “democracia digital” es la que abren los sistemas de votación electrónicos, que constituyen uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos, no sólo en México, sino en el mundo. En su obra "El voto electrónico", Julio Téllez Valdés define este mecanismo como “el acto preciso en el cual el emitente del voto deposita o expresa su voluntad a través de medios electrónicos (urnas electrónicas) o cualquier otra tecnología de recepción del sufragio” (2). Actualmente su implementación es una alternativa real, ya sea a través de internet o mediante el uso de urnas electrónicas, pero para ello, es fundamental analizar de forma precisa las ventajas y riesgos que puede suponer, tomando en cuenta cada contexto: desde las tecnologías empleadas hasta los niveles de confianza de la ciudadanía.

Por una parte, la correcta implementación del voto electrónico podría tener grandes ventajas como: la reducción del impacto ambiental al limitar el uso del papel, permitir que la logística de los procesos electorales se vuelva más sencilla y que se cuente con los resultados de las votaciones casi inmediatamente después del cierre de casillas, reducir la posibilidad de cometer errores humanos en el cómputo de votos, y en el caso del voto por internet, que las personas emitan su voto desde cualquier lugar del mundo.

En México se tienen hasta la fecha dos modalidades de voto electrónico, el voto por internet que se encuentra previsto únicamente para personas votantes desde el extranjero, y el voto por medio de urnas electrónicas, implementado por primera vez en México en 2005, en Coahuila.

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En los Procesos Electorales Locales 2019-2020 de Coahuila e Hidalgo y en el Proceso Electoral Concurrente 2020-2021 el INE determinó realizar pruebas piloto de votación a través de urnas electrónicas, cuyos resultados fueron vinculantes, y dado que es la única modalidad de votación electrónica en el territorio nacional y en la que se ha venido trabajando, me concentraré en ella, reconociendo que en ambos casos, resulta fundamental poner al centro de la discusión, temas como la seguridad y las experiencias que se han tenido en el ámbito internacional para decidir sobre su implementación.

Respecto al uso de urnas electrónicas, países como Brasil, la India, Bélgica, Estados Unidos y Filipinas (3) han buscado incorporar esta forma de recepción del voto, enfrentándose por una parte a sistemas que no resultan del todo rentables, porque aun cuando se posiciona la disminución de costos como una de las grandes ventajas que representan, en la práctica, esto no necesariamente es cierto. Respecto a los costos, Julio Téllez (4) señala que tanto el hardware como el software de los mecanismos de votación electrónica resultan costosos, pero además deben considerarse otros costos como el mantenimiento, licencias, soportes, capacitación, etcétera; aunado a que es necesario optar por tecnologías que puedan usarse en varias ocasiones sin volverse obsoletas. Otra dificultad de las urnas electrónicas es su almacenamiento, ya que requieren de espacios adecuados y suficientes para su resguardo, lo que finalmente podría elevar los montos en su implementación.

También hay que analizar los problemas que se han presentado en países como Brasil, en donde un grupo de especialistas de la Universidad de Brasilia, encontraron vulnerabilidades de los mecanismos de seguridad implementados, éstas estuvieron vinculadas a que los dispositivos contaban con conexión a internet, por lo que a partir de dicha conexión demostraron que era posible que se violara el secreto y la integridad del voto (5). Esto implica que aunque existan fuertes candados de seguridad, estos pueden llegar a vulnerarse siempre que cuenten con conexión a internet. Frente a ello, la implementación de urnas electrónicas en México tiene una ventaja, dado que éstas no cuentan con conectividad a internet, con lo que se evitan riesgos en la seguridad y se anula la posibilidad de que existan hackeos. 

Otro elemento a analizar es la confianza ciudadana en el uso de las urnas electrónicas, al respecto, el ejercicio de voto vinculante, a través de las urnas electrónicas, implementado en el PE 2019-2020 realizado por el INE y los OPL de Coahuila, Hidalgo y Jalisco tuvo buenos resultados. En esa ocasión se realizó una encuesta sobre la confianza en este dispositivo de votación y el 69 por ciento de las personas indicó que le había generado mucha confianza, 25.5 por ciento poca confianza y sólo el 5.5 por ciento mencionó que no había tenido ninguna confianza en la urna, lo que posiblemente sea atribuible al desconocimiento de la forma en la que funcionan. Por ello, es importante diseñar, implementar y difundir campañas informativas para la ciudadanía, realizar un comparativo entre el tiempo de votación entre una casilla tradicional y una casilla con urna electrónica, así como del tiempo invertido en las demás tareas.

De frente a los próximos procesos electorales locales, el Consejo General del INE deberá analizar la implementación de las urnas electrónicas en algunas casillas para recibir la votación de la ciudadanía y de esa forma seguir generando insumos que permitan valorar si realmente es redituable su uso, así como el impacto que tendrá en la confianza y certeza de la ciudadanía en el sistema electoral democrático.

El uso de las tecnologías es necesario, pero también lo es valorar los costos y riesgos que puede representar frente a las múltiples ventajas que engloba, sólo así lograremos tomar la decisión que sea más adecuada para nuestro contexto y garantizar los estándares de confianza y blindaje para la ciudadanía.

POR DANIA RAVEL
CONSEJERA ELECTORAL
@DANIARAVEL

Referencias: 

1. Morales Rocha, Víctor Manuel y Wendolyne Nava González, “Una mirada tecnojurídica del voto electrónico en México”, en Ciudadanía digital: implicaciones en el espacio público, p.165. http://cathi.uacj.mx/bitstream/handle/20.500.11961/15867/Cap%c3%adtulo%20de%20libro%20Ciudadania%20Digital.pdf?sequence=1&isAllowed=y

2. Téllez Valdés, Julio. El voto electrónico, https://www.te.gob.mx/publicaciones/sites/default/files/archivos_libros/14_voto.pdf, p. 16.

3.  https://www.lanacion.com.ar/tecnologia/el-especialista-brasileno-que-descubrio-las-fallas-del-voto-electronico-en-su-pais-nid2068836/

4. Téllez Valdés, Julio. “Algunas anotaciones sobre el voto electrónico en México”, p. 571, https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/6/2921/23.pdf

5. https://www.lanacion.com.ar/tecnologia/el-especialista-brasileno-que-descubrio-las-fallas-del-voto-electronico-en-su-pais-nid2068836/

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