UNA CHAIRA EN EL HERALDO

Lozoya, no se halla

Ya pernoctó en ReNo ( y no Reno, California) en el Reclusorio Norte. Y como será de gacha la cárcel, que ya aflojó dos casotas para “reparar el daño”

OPINIÓN

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Fernanda Tapia / Una chaira en El Heraldo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Todo por echarse un pato laqueado en el sabroso, pero ni tan pedorro, restaurante llamado Hunan. Y como dicen allá en el norte, “¡se la bañó!”. Hubiera pedido a domicilio. Ya que lo obligaron a comparecer de cuerpo presente, perdón… “así en vivo”. Nada de zoom. Y lo más canijo (para que sintiera el rigor) ni siquiera lo dejaron entrar por la puerta de atrás o VIP. 

Tuvo que estacionar su camionetota en pleno estacionamiento y aguantar la vara junto a la horda de periodistas que se le fueron encima y a los que no les aflojó ni una declaración. En ese momento, y durante la transmisión en vivo, a mí la verdad se me pusieron los pelos de punta y en mi cabeza empezó a sonar la tristemente famosa canción de “ayyyyy la culebraaaaaaa”. 

¿Neta nadie se puso a pensar que sabiendo lo que sabe éste caballero, corría peligro de que se le acercara algún tirador solitario, estilo Aburto, y lo acallara para siempre? Otra cosa que nos llamó la atención fue la cajita que llevaba en las manos. Un misterio tan profundo como el contenido de la maleta de Pulp Fiction que sólo emite un resplandor verde. 

¿Habrá llevado ahí guardadas las pruebas incriminatorias para empinar a Videgaray y al Copetes? ¿O tal vez una estatuita de San Cubas Tadeo y harto billullo? ¿O de plano ya se las olía y llevaba su mameluco de conejo, bata de seda estilo Hugh Hefner y sus pantuflas de garra? Primero, el juez en cuestión le había concedido un mes más para que siguieran leyendo el millón de legajos que contiene su expediente. 

Sin embargo, la Fiscalía arremetió poco después y argumentó que los abogados podían seguir leyendo lo que quisieran o buscar el resumen en internet, o esperarse a que hagan la película. “Pero el acusado tenía que quedarse en el tamborín por presentar peligro de fuga”. Y vas pa´trás. 

Ahora sí se la dejaron Irineo y sin saliva. Además el argumento es que“el tiempo se le había acabado, porque en todo este periodo ni siquiera se acercó a compartir la información ni las pruebas que tanto alardeó”… por lo tanto eso de “testigo colaborador”, nomás no había cuajado. 

Sin embargo, al chico rato la familia Lozoya (cuyos integrantes femeninos están en prisión domiciliaria o detenidos allá y acullá) hicieron público un comunicado en donde muy mansitos le hacen saber a la autoridad “que tienen la intención de seguir colaborando”. Sí Chucha y tus calzonsotes. 

Por lo pronto ese día no alcanzó cena allá en la grande y quién sabe si hasta pudo alquilar su colchoneta o durmió a ras del suelo. ¿Llevaría a su mami pa´que le hiciera tortillitas a mano? 

Ora que supiéramos que todavía le queda tantita. Ora sí que ya pernoctó en ReNo ( y no Reno, California) sino Reclusorio Norte. Y cómo será de gacha la cárcel que lueguito aflojó dos casotas pa´ empezar a “reparar el daño”.

POR FERNANDA TAPIA
DENUNCIAS@FERNANDATAPIA.COM 
@TAPIAFERNANDA

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