COLUMNA INVITADA

Los retos y desafíos de la desigualdad en el mundo

Uno de los grandes problemas en el mundo, sino es que el principal a vencer a lo largo de la historia de la humanidad ha sido la pobreza

OPINIÓN

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Luis Miguel Martínez Anzures / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Uno de los grandes problemas en el mundo, sino es que el principal a vencer a lo largo de la historia de la humanidad, (por lo menos desde el inicio del capitalismo salvaje), ha sido la pobreza y sus lacerantes efectos en la población a nivel internacional. Al respecto hay mucha bibliografía que documenta este fenómeno.

En México, por ejemplo, más de la mitad de la población experimenta algún grado de carencia económica que lo coloca en este segmento. El problema es que la pobreza por si sola, no es un fenómeno que tenga su origen en la espontaneidad o la coyuntura, sino en fenómenos mucho más profundos como la desigualdad y la falta de la aplicación de la ley en la revisión de las cadenas de producción en el orden internacional que generan inequidades en la competencia comercial, entre otros.

En este sentido, en días recientes se ha dado a conocer un estudio elaborado por la consultora estratégica global estadounidense, McKinsey & Co, titulado: “El auge del balance mundial: ¿en qué medida estamos utilizando nuestra riqueza de forma productiva?” en donde se destaca que entre el año 2000 y 2020, China representó casi un tercio de la riqueza mundial. Un dato que evidencia con claridad el incremento exponencial que ha presentado esta nación respecto al entorno de competencia económica a nivel internacional con sus pares.

Lo que este documento confirma, es que finalmente, el gigante de Asia lo ha logrado y China, ya es el país más rico del mundo. En el estudio, en el que se analizaron los balances de las economías de 10 países que representan más del 60% de la renta mundial. El mayor de los tigres asiáticos personifico 50% de ese crecimiento del patrimonio neto, o riqueza, entre los años 2000 y 2020. Le siguen Estados Unidos, que logró el 22%; y destaca el caso de Japón, que en 2020 poseía el 31% de la riqueza de las diez economías a nivel mundial y actualmente solo obtuvo el 11% en 2020, año de la crisis por la pandemia, según lo dio a conocer la consultora internacional McKinsey & Co.

Por su parte la agencia de noticias Bloomberg, ha confirmado que China elevó su riqueza hasta los 120 billones de dólares, desde los 7 billones que logró en el año 2000. Mientras que, Estados Unidos duplicó con creces su patrimonio neto, hasta alcanzar los 90 billones de dólares. Al parecer existe una competencia permanente y claramente marcada por la supremacía de la economía mundial entre estos dos países que ya se puede apreciar con claridad, a través de diferentes indicadores.

De acuerdo con la investigación realizada por McKinsey & Co, en ambas potencias, más de dos tercios de la riqueza, se ubica en manos del 10% de los hogares más adinerados, y su proporción va en aumento, aunque la asimetría fue más fuerte en China.

Otro aspecto para destacar en el presente documento ha sido que, entre los 10 países, hay 3, que se encuentran en América: Canadá, Estados Unidos y México. Información que ayuda a dimensionar y ubicar de manera sustancial el crecimiento sostenido que México, a través de los años ha logrado establecer como una acción afirmativa dentro de sus diferentes programas de gobierno y múltiples cambios en el timón en la presidencia de la república.

En suma, McKinsey & Co, reveló que el 68% del patrimonio neto mundial se refleja en los bienes inmuebles, mientras que los sectores de la infraestructura, maquinaria y equipo, bienes intangibles, la propiedad intelectual y patentes son las que más generan la acumulación de recursos.

Como se ha podido observar hasta este punto, la relevancia de esta clase de ejercicios es notoria cuando evidencia la progresión sostenida que han presentado la mayor parte de los países inmersos en esta lista y los cambios que fenómenos como la crisis sanitaria del COVID-19, que se ha presentado en los años recientes, ha llevado a varios países a experimentar una retracción en sus estándares de calidad o suficiencia económica, lo que podría ser el indicador más claro hasta ahora, de un reacomodo en el orden mundial de las principales economías que habrán de repartirse la preeminencia de las transacciones comerciales y financieras en los próximos años en el mundo.

POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES
PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

MAAZ