COLUMNA INVITADA

Una nueva frontera caliente

En Polonia-Bielorrusia se concentraron cuatro mil migrantes empujados y escoltados por el Ejército

OPINIÓN

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Beata Wojna / Diplonotas / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿Se imaginan que el gobierno de México organiza caravanas migrantes desde Centroamérica para que estas lleguen a los Estados Unidos y generen inestabilidad en la frontera norte con el objetivo de presionar un cambio en la política de EU hacia México? Probablemente no.

Obviamente, se conocen casos de países que han abusado del tema de la migración en las relaciones con sus vecinos, como por ejemplo Turquía o Marruecos. Pero hasta que vimos la crisis en la frontera polaco-bielorrusa, nadie se imaginaba que algún gobierno podría jugar de forma tan descarada con los migrantes, abriendo una nueva ruta de tráfico de personas.

Todo inició a mediados de este año cuando las autoridades de Lituania y Letonia —vecinos de Bielorrusia— empezaron a detectar el crecimiento en el número de cruces ilegales de sus fronteras por los ciudadanos de algunos países de Medio Oriente. Poco después la alarma se encendió en Polonia y en su frontera con Bielorrusia donde se concentraron unos 4 mil migrantes, escoltados y empujados por el ejército bielorruso, exigiendo cruzar la frontera de la Unión Europea (UE) para solicitar el asilo.

Hoy ya sabemos que de seis a 12 mil dólares le costó a cada una de estas personas llegar desde Irak, Siria o Yemen a Bielorrusia cuyo gobierno ha decidido fomentar el tráfico de personas para generar la inestabilidad en la frontera oriental de la UE. Los migrantes han pagado este dinero por el visado, vuelo, alojamiento en un hotel de Bielorrusia y transporte a la frontera con la UE, engañados con la idea de poder cruzarla fácilmente y solicitar asilo. En este procedimiento han participado los consulados de Bielorrusia en los países de Medio Oriente, así como las agencias estatales de turismo y las líneas aéreas bielorrusas.

La respuesta contundente de la UE, la OTAN y los Estados Unidos, que definieron la actuación de Bielorrusia en categorías de guerra híbrida, contribuyó a bajar la tensión. Desde finales de la semana pasada el gobierno bielorruso ha comenzado a regresar a los migrantes a sus países de origen. Se evitó así un estallido mayor en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, en el cual estarían probablemente involucradas las fuerzas de seguridad de ambos países, con los migrantes y un desastre humanitario en medio.

Ahora bien, el problema no acaba aquí. Hasta hace poco pensamos que Lukashenko quien gobierna en Bielorrusia desde 1994, se limitaría a falsificar las elecciones presidenciales para prolongar su mandato y a acallar a su población mediante la represión. Después presenciamos el secuestro de un avión con el periodista opositor Roman Protasevich a bordo, orquestado por Lukashenko.

La actual crisis en la frontera polaco-bielorrusa demuestra que el régimen, con tal de mantenerse en el poder, es capaz de dar pasos totalmente irracionales que además cuentan con el apoyo de la Rusia de Putin. No cabe duda de que hay un deterioro de seguridad en esta parte de Europa que ya no se puede ocultar bajo palabras tranquilizadoras.

POR BEATA WOJNA
PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES EN EL TECNOLÓGICO DE MONTERREY
@BEATAWOJNA

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