DEFINICIONES

Santa Lucía no es un desastre

En un país tan polarizado, la pasión nubla la razón; y el deseo, los argumentos

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En un país tan polarizado, la pasión nubla la razón. El deseo, los argumentos. Ante la crispación, hay quienes convencidos de lo que creen desestiman cualquier otra opinión que no esté alineada con la propia.

El viernes compartí en mis redes sociales (@MLopezSanMartin) imágenes de un recorrido por las obras del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que se construye en Santa Lucía. Es parte de un trabajo periodístico que a partir de esta noche presentaremos en ADN 40. Me llovió. No sorprende, en tanto el proyecto ha sido criticado por buena parte de la oposición. Llama la atención que una franja de la sociedad no esté dispuesta siquiera a ver, entender y revisar lo que se construye. También es curioso que los principales detractores sean quienes no han ido a la obra y opinan a la distancia. Se podrá argumentar sobre la decisión de hacer ahí el aeropuerto, la cancelación de lo que se construía en Texcoco, los tiempos y la calidad de la obra, pero para hacerlo, hay que comprender el proyecto y sus alcances. Descalificar o aplaudir a priori aleja de la verdad.

Esta es la segunda visita que hago. La primera fue hace 8 meses. Los avances son notables. El progreso en la construcción, según datos de Sedena, es superior a 80%, pero el dinero invertido se encuentra debajo de 80% de lo presupuestado. En comparativa, los terrenos del actual aeropuerto no superan las 800 hectáreas; el nuevo proyecto tiene más de 4 mil 500 hectáreas. Hoy, el AICM sólo puede operar una pista; en el AIFA podrán hacerlo tres de manera simultánea.

Se ha insistido en que únicamente tendrá 14 posiciones de contacto para aeronaves. La realidad es que en el edificio Terminal, que tiene una superficie de 384 mil metros cuadrados y una extensión mayor al kilómetro, son 28 de contacto —en la primera etapa— más posiciones remotas y de plataforma abierta. En total, 99 posiciones para aeronaves de ala fija. Se ha repetido también que la torre de control está chueca, y lamento decepcionar a quienes se han convencido de ello, pero no. Subimos los 88 metros de la torre y no, no está inclinada.

Además de un aeropuerto, el desarrollo incluye centro comercial, cine, boliche, hoteles, museos, escuelas, hospitales, viviendas… pero el reto principal es la conectividad. Porque de poco importará una terminal bien diseñada si no es accesible. La red de movilidad incluye 24 proyectos (16 del Edomex, dos de Sedena, dos Fonadin, dos del gobierno de CDMX y tres de SCT), y ahí están los mayores obstáculos. Si bien el camino a Santa Lucía está repleto de obras, difícilmente estarán terminadas en marzo de 2022. La Sedena avanza en su tramo dentro del Aeropuerto (en 45 frentes de trabajo que laboran en tres turnos diarios de 8 horas c/u), pero la velocidad de SCT y el gobierno del Edomex en la ejecución de la infraestructura (distribuidores, autopistas y un tren) que llevará a la terminal no va a la par. Sin conectividad no habrá éxito. Si no es posible llegar rápido y a un costo razonable, el aeropuerto no será funcional. Mención aparte merecen la aeronáutica, permisos y autorizaciones. Pero el AIFA está lejos de ser un desastre, aunque no sea políticamente correcto decirlo.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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