TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

Contrato colaborativo, ¿qué es y cómo ayuda?

Además de que son cláusulas de buena fe, refiere la idea de que cualquier proyecto de construcción tiene beneficiarios que pueden tener una vida digna si éste se cumple en tiempo y forma

OPINIÓN

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Roberto Hernández García / Tiempo de Infraestructura / Opinión El Heraldo de México

En América Latina está creciendo el concepto de contratos colaborativos. Se trata no solamente de una tendencia, sino de una necesidad en momentos complicados para la industria, como los que actualmente vivimos.

Cuando hablamos de este esquema nos referimos a acuerdos de voluntades en los que las partes contratantes (dueño y contratista) tienen una visión común de desarrollo de proyecto, tendiente a resolver las diferencias con participación conjunta y visión de futuro, evitando los conflictos.

Esta perspectiva ha pasado de ser una tendencia a una necesidad imperante, considerando los grandes costos en tiempo que les representan a las partes los conflictos, así como la creciente tentación de las partes de echarle la culpa a la otra aún con el costo que esto representa, incluyendo grandes proyectos sin concluir o con sobrecostos escalofriantes por su nefasta actitud.

En un contrato tradicional de construcción, cada una de las partes tratará de trasladar los costos y tiempos a sus contrapartes, con el propósito de proteger sus intereses. Sin embargo, no se dan cuenta de que ello simplemente se traducirá en retrasos en la obra, mayores costos y litigios perennes.

Por el contrario, en un esquema colaborativo, las partes platican, dialogan, conversan, muchas veces con el apoyo de un tercero experto (Dispute Board) que tiene como propósito ecualizar las emociones de las partes y prevenir conflictos que muchas veces devienen de simples elementos emocionales que dañan el devenir de la obra.

Los esquemas colaborativos en construcción tienen muchos años de existir. En el mundo anglosajón el alliancing o partnering lleva mucho tiempo de existir, pero en América Latina fue hasta que en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, que se incluyeron los modelos de contratos ingleses “NEC” (https://www.neccontract.com/) que favorecen la comunicación, la apertura y el dialogo entre las partes contratantes, incluyendo un Dispute Board para prevenir y solucionar controversias a tiempo.

Hoy en día, el gobierno peruano ha decidido llevar a cabo un importante cúmulo de proyectos de tipo social (hospitales, escuelas, y otros proyectos con impacto comunitario), con proyectos colaborativos y Dispute Board y ello ha iniciado en el país andino una importante modificación a la cultura de apoyo en los proyectos y la prevención de disputas sin precedentes.

El esfuerzo ha llegado a Chile en donde ahora grandes promotores de la colaboración, como la doctora Marcela Radovic, han logrado convencer al país de sus beneficios.

¿Qué es lo que sucede cuando las partes tienen un contrato colaborativo que exige una visión colaborativa? Solamente viéndolo se puede creer. Se modifica desde el leguaje de las partes durante la ejecución del contrato, hasta la visión del proyecto. No solamente se trata de MIS intereses, sino de los comunes que nos unen para que un día esa escuela tenga niños en sus bancas, o en ese hospital nazcan niños y niñas con expectativas de vida sana. El proyecto colaborativo no sólo son cláusulas de buena fe y de colaboración, sino la idea de que cualquier proyecto de construcción tiene beneficiarios que podrán tener una vida más digna y mejor si el proyecto se cumple en tiempo y forma.

Es importante hacer notar que en México continuamos pensando que en los contratos el más vivo se come al otro. No vemos a los proyectos con deseos de buscar un proyecto conjunto, sino con el deseo de decir a los cuatro vientos como sacamos provecho de la otra parte y cuánto ganamos en esas batallas.

Sin embargo, en esas luchas absurdas, los grandes perdedores son el proyecto y los usuarios. Cientos de obras abandonadas por falta de sensatez, sensibilidad y conciencia social y usuarios que nunca podrán recibir los beneficios esperados.

Como paréntesis, cabe mencionar que, como parte de los esfuerzos de la Cámara Nacional de Empresas de Consultoría (CNEC) por formar profesionales capaces de desarrollar adecuadamente proyectos de infraestructura con responsabilidad social empresarial bajo la modalidad de inversiones mixtas, el pasado jueves 28 de octubre arrancó la octava edición de su Diplomado en Asociaciones Público-Privadas e Inversiones mixtas en Infraestructura: un enfoque pragmático.

Una excelente oportunidad para profesionales de distintas especialidades para conocer el desarrollo de cada una de las fases de un proyecto. Las inscripciones aún continúan abiertas.

Es momento de cambiar de chip: de confrontación a colaboración en los proyectos de construcción. No hay tiempo que perder. México lo merece.

POR ROBERTO HERNÁNDEZ GARCÍA
VICEPRESIDENTE DE ENLACE LEGISLATIVO DE LA CNEC
@CNEC_MEXICO

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