COLUMNA INVITADA

Las prisas de Biden

Buscará por fin hacer una reforma migratoria que crearía un camino a la ciudadanía para más de 11 millones de personas

OPINIÓN

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Jorge Andrés Castañeda/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

La pesadilla ha terminado. Después de cuatro terribles años de Donald Trump, Joseph Biden es el presidente número 46 de los Estados Unidos. Los anuncios de los últimos días y del mismo día de toma de posesión dejan claro que este nuevo gobierno tiene mucha prisa. Esta nueva administración arranca decidida a cambiar de forma radical el actuar del gobierno estadounidense y lo hace en tres frentes.

Primero, en su primer día como presidente Biden emitió una serie de decretos y acciones ejecutivas que buscan empezar a revertir las políticas infames del gobierno saliente. Entre estas destacan volver al acuerdo de París para combatir el cambio climático, la cancelación de la restricción de viaje de países musulmanes y la orden a las agencias migratorias para reunificar a los niños separados de sus padres. Aunque estas acciones podrían parecer simbólicas, son fundamentales para millones de personas, y, sobre todo la intención de echar para atrás todo lo que tenga que ver con Trump lo antes posible.

Segundo, el martes, la nominada para ocupar la Secretaría del Tesoro, Janet Yellen, en su comparecencia de confirmación ante el senado dejó claro que este gobierno va por un nuevo paquete de estímulos económicos. Este nuevo programa, de 1.9 billones de dólares, incluye nuevas ayudas contra el desempleo, apoyos a pequeñas empresas y un plan nacional de vacunación. En esta misma comparecencia, Yellen defendió el salario mínimo nacional de 15 dólares la hora e indicó posibles cambios al régimen fiscal hacia un modelo mucho más progresivo donde los multimillonarios paguen más impuestos.

Tercero, y, quizá el más importante, Biden ha anunciado que buscará por fin hacer una reforma migratoria que crearía un camino a la ciudadanía para más de 11 millones de personas. Aún faltan los detalles de este plan y tendrá que pasar por el poder legislativo, pero de concretarse representaría un logro impresionante para este gobierno. Un logro que ni Bush ni Obama alcanzaron a pesar de sus innegables esfuerzos.

La prisa de Biden no es solo simbólica, sino pragmática. A pesar del mandato y legitimidad hoy tiene este gobierno, los tiempos políticos de E.E.U.U. harán que el margen de maniobra de este gobierno sea muy corto. En dos años volverán a haber elecciones donde las mayorías legislativas que hoy tienen los demócratas estarán en juego. Es muy posible que después de los resultados de noviembre y el rediseño de distritos electorales, los demócratas pierdan la mayoría en la cámara de representantes. En el senado, la mayoría se jugará en tres de los estados que definieron la elección de noviembre: Pensilvania, Georgia y Carolina del Norte.

El calendario político indica que la ventana de acción de este gobierno puede ser muy corta. Biden tiene dos años, a lo mucho, para lograr que los elementos más ambiciosos de su agenda sean aprobados por el legislativo. Si no lo hace a la velocidad con la que arrancó, es muy posible que los republicanos, en su afán de regresar a la Casa Blanca, bloqueen todo. Hoy, parece que va por buen camino.

 

POR JORGE A. CASTAÑEDA
COLABORADOR
@JORGEACAST