Columna invitada

El problema está en México

El TLCAN permitió atraer inversión, modernizar economías, crear empresas globales y dar acceso a un mayor número de productos

El problema está en México
Mariana Campero/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

Durante un discurso de campaña, Ronald Reagan expresó —por primera vez— el interés en crear una zona de libre comercio entre México y EU. Estaba convencido de que dispararía el crecimiento económico y, al mismo tiempo, permitiría tener un vecino más estable y próspero. Mucho ha cambiado desde los 80. 

El TLCAN permitió atraer inversión, modernizar economías, crear empresas globales y dar acceso a un mayor número de productos. En particular, México creó más y mejores empleos, redujo sus flujos migratorios, diversificó su economía y abandonó sus crisis sexenales

Estas mejoras abonaron a la creencia de millones de estadounidenses: México causó la pérdida de empleos y la supresión de salarios. Trump lo denominó como el "peor tratado de la historia". La entrada en vigor del T-MEC se vio opacada por la pandemia que ha empujado a los miembros a restringir el flujo de personas y mercancías, a replantear la resiliencia de sus cadenas de valor, y a proteger a sus ciudadanos más vulnerables. 

La pandemia le dio la razón a Trump al exponer el talón de Aquiles de las cadenas de suministro globales y forzó al mundo a mirar hacia adentro. En abril pasado, algunas fábricas de EU vieron afectada su producción cuando sus proveedores mexicanos detuvieron sus operaciones. "Estamos en una cadena de valor global, pero para México es prioridad la salud", apuntó el canciller Marcelo Ebrard. 

La disrupción pandémica y las tensiones con China han fortalecido el discurso proteccionista de quienes tildaron las políticas comerciales de Trump como lejanas de los principios republicanos impulsados en la época de Reagan. Consideraban que llevarían al país hacia un comercio administrado, a un nacionalismo mal dirigido y a políticas que reducían la competitividad. Lo cierto es que hoy el libre comercio ha perdido defensores en ambos partidos. Richard Haass, presidente del Consejo de Asuntos Internacionales, afirmó que "la oposición hacia el libre comercio ha ido creciendo". 

Muchas de estas políticas de comercio se asemejan a aquellas favorecidas por el Partido Demócrata, que tradicionalmente ha estado en contra del libre comercio, y ha priorizado los derechos de los trabajadores. Tanto en 1993 como en 2019, los demócratas han condicionado su apoyo al TLCAN y al T-MEC a la inclusión de medidas laborales y ambientales. 

Las políticas anunciadas por Joe Biden se alejan aún más de los ideales de Reagan y confirman la tendencia de mirar hacia el interior. El comercio no será prioridad, su plan para revitalizar la economía se basa en dos pilares: "Comprar Americano" y reformar el código fiscal para incentivar la producción doméstica. Ninguna incluye a México como parte de la solución. Por el contrario, establecen temas donde se anticipa conflicto y deterioro en la relación: medio ambiente, energía, derechos humanos, migración, frontera y seguridad. 

Después de felicitar a Biden 38 días tarde, de no condenar el asalto al Capitolio y de ofrecerle asilo a Julian Assange, parecería que AMLO busca una confrontación con nuestro vecino y principal socio comercial. Sin duda, el problema no está en EU

POR MARIANA CAMPERO
*INTERNACIONALISTA
@MARIANACAMPERO1

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