Hoy estamos cerrando un año que ha retado a la humanidad, será un punto de inflexión en la historia, y un punto de referencia para analizar cómo era el mundo antes y cómo se han gestado cada uno de los cambios que transformarán el escenario social, laboral, educativo, político y de seguridad en nuestras vidas.
Todas las personas del mundo seguramente coincidimos en que tenemos un gran reto enfrente y que muchas de las variables para construir un futuro prospero son difíciles de controlar. Pero la más valiosa es gestionable, el talento humano.
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La doctora Pilar Jericó en su libro “La nueva gestión del talento” dice que el talento es un recurso que las personas aportamos voluntariamente, de manera libre y generosa; no sólo es conocimiento y capacidades sino también compromiso y acción, al unir los cuatro factores se obtienen grandes resultados para todos. La gestión del talento es una oportunidad y también una responsabilidad en todos los niveles, macro y micro.
A nivel macro, los países tienen la gran responsabilidad de gestionar adecuadamente el talento de sus ciudadanos, de todas las generaciones que conviven en el presente y se diferencian en sus conocimientos y capacidades de encausar e impulsar todas las acciones enfocadas a generar empleo, prosperidad, desarrollo humano, es decir, todas las que contribuyan a una mejor calidad de vida de sus ciudadanos. Es una responsabilidad histórica para los gobernantes atesorar e impulsar el talento de sus gobernados.
A nivel micro, las empresas, emprendedores y profesionistas tienen la oportunidad de captar, desarrollar y retener el talento para construir un escenario próspero para todos. Las organizaciones pueden caer en el espejismo de las utilidades inmediatas, aprovechándose de la crisis, del desequilibrio de la oferta y demanda laboral y actuando utilitariamente 360 grados, con empleados, clientes, proveedores y socios. El talento no se compra ni se vende, las personas lo entregan voluntariamente, aquí la diferencia entre administrar los recursos humanos y gestionar el talento en las organizaciones y proyectos.
Los retos que presentará el 2021 para los países, organizaciones, empresas, emprendedores y profesionistas, podrán tener un grado de complejidad inversamente proporcional a la adecuada gestión del talento humano, esto es, una mejor gestión del talento deberá tener una menor complejidad en los retos. No hay innovación, disrupción o cualquier cambio que se consolide en el mediano plazo y represente una mejora en la vida de las personas, si el talento no es adecuadamente gestionado.
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Colaboración elaborada por Roberto Galíndez @rjgalindez, miembro del equipo de Disruptive Labs
POR DISRUPTIVE LABS