SALTO CUÁNTICO

La Educación y el fin del 2020

Ningún país está seguro sobre el rezago educativo con el que terminarán sus estudiantes este año, derivado del cambio al modelo de enseñanza al que se vieron forzados, pasando de lo presencial, a lo digital y luego al sistema mixto

OPINIÓN

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Karina Álvarez / Salto Cuántico / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 2020 pasará a la historia como uno de los años más difíciles para la humanidad. La pandemia, además de cobrar millones de vidas en el mundo, evidenció nuestras carencias como “sociedades desarrolladas”. Nos rebasó en el tema de salud, pero más en el de la educación.

Ningún país está seguro sobre el rezago educativo con el que terminarán sus estudiantes este año, derivado del cambio al modelo de enseñanza al que se vieron forzados, pasando de lo presencial, a lo digital y luego al sistema mixto.

En México destaca la incertidumbre por lo que hará la maestra Delfina Gómez Álvarez cuando tome posesión como titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP). ¿Se regresará a la educación presencial o seguiremos en lo digital? ¿Dará el giro que la SEP necesita?

De momento llevamos nueve meses con clases en línea. Hay feos y destacables; comencemos por los destacables:

Docentes, estudiantes y padres mostraron gran interés por continuar las clases pese a que fueran de manera digital; gracias a ellos las escuelas siguen abiertas.

El confinamiento ha ayudado a democratizar la educación virtual; falta mucho, pero ya hay un camino trazado.

Hubo una evidente capacidad de reacción del profesorado para emigrar de lo presencial a lo virtual, a pesar de las deficiencias que cada uno enfrentó.

En lo que toca a los feos, tenemos lo siguiente:

La pandemia mostró las vergüenzas de nuestro sistema educativo mexicano. Evidenció la desigualdad económica y social en la que viven millones de niños, niñas y adolescentes (NNA) en nuestro país.

Nos demostró que la educación virtual requiere materiales didácticos diferentes a la presencial, pero no estábamos preparados para eso.

También nos hizo ver que se desconoce el porcentaje de estudiantes que no disponen de los recursos necesarios para acceder a la formación digital.

Abrió los ojos a los docentes y a las autoridades educativas sobre la falta de competencia digital. Muchos profesores (tampoco sabemos cuántos) desconocían el uso de las herramientas digitales.

Y nos advirtió, una vez más, que nuestros políticos no tienen un verdadero interés por mejorar la educación.

Las conclusiones que he recogido al respecto son:

Es urgente cambiar el currículo escolar en todos los niveles y adaptarlo a la modalidad digital. Dentro de ese cambio debe incluirse la formación en tecnologías educativas que sirva para profesores y alumnos.

Para docentes y padres es necesario fomentar la autorregulación de los alumnos y la construcción de su autonomía como estudiantes; eso reforzará su seguridad.

Ir más despacio. Promover actividades interactivas para que los estudiantes aprendan por medio de la experiencia, y no que sirvan sólo como receptores de información. Impulsar la cultura y la expresión artística.

Si logramos todo esto podremos garantizar el derecho a la educación, pese al confinamiento.

SINCRONÍA: Salud, amor y abundancia para este 2021. Que sea mejor para todos.

 

POR KARINA ÁLVAREZ
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