Washington, D.C.- Se cumplen apenas 10 días del regreso de Trump a la Casa Blanca, pero la intensidad de la disrupción se siente en todos los niveles. Casi 100 ordenes ejecutivas, declaratorias de emergencia nacional en materia energética y de seguridad, arrestos y deportaciones de migrantes, descalificaciones cotidianas y retórica agresiva, la revancha política como objetivo central.
Un nuevo gobierno que, a diferencia de 2016 llega preparado, con personal entrenado y con una agenda detallada en el documento titulado Proyecto 2025. Auspiciado por la Fundación Heritage, el Proyecto 2025 reunió a más de 50 organizaciones conservadoras y colaboradores de la primera administración Trump, con la idea de ser la guía de implementación para el nuevo gobierno Republicano.
Se trata de un programa completo, con teoría y práctica. La parte teórica son 900 páginas y 30 capítulos relativos a todas las secretarías y agencias que conforman el poder Ejecutivo estadounidense, con diagnósticos y acciones a realizar desde el primer día. La parte práctica la conforman una veintena de videos “tutoriales” para capacitar a los futuros miembros de la administración.
Los paralelismos con la Cuarta Transformación son inevitables, sobre todo, con la llegada de López Obrador al poder. AMLO sustituyó el Plan Nacional de Desarrollo por un manifiesto político ideológico para desmontar la “oscura era neoliberal”. El Proyecto 2025 es un plan de demolición del “Estado y cultura marxistas” representada por Joe Biden y Barack Obama. No se trata de nuevas estrategias de gobierno, lo cual sería esperable. El objetivo es una misión superior: “rescatar a la República”, sin importar costos económicos, humanos o legales.
Curiosamente, durante la campaña electoral, Trump se deslindó del Proyecto y sus autores. Sin embargo, ha incorporado a algunos a su gabinete y está siguiendo el documento al pie de la letra. Basta leer los capítulos relativos a la política migratoria, la expansión de facultades a la Patrulla Fronteriza (CBP) y la autoridad de Inmigración y Aduanas (ICE), el congelamiento de beneficios sociales y de programas a cargo de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), o la erradicación de las nociones de cambio climático o equidad de género.
Aunque de manera lenta, ciudadanos afectados han empezado a rebelarse y a presionar a los legisladores, logrando que la Casa Blanca diera marcha atrás a algunas disposiciones que impactaban a quienes reciben tratamientos médicos via Medicare y Medicaid.
A su vez, el poder judicial tendrá que decidir sobre las demandas entabladas por 22 entidades contra la orden ejecutiva que pretende suspender el acceso a la ciudadanía por nacer dentro de los Estados Unidos, un derecho contenido en la Constitución. Está por verse hasta dónde los contrapesos alcanzarán a frenar a Trump y su Proyecto 2025.
POR VERÓNICA ORTIZ
COLABORADORA
@veronicaortizo
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