COLUMNA INVITADA

El santo grial electoral

La elección en el país vecino del norte, más allá del poder presidencial, personifica los cambios en la representatividad que refleja las modificaciones en la sociedad.

OPINIÓN

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Óscar Sandoval / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

La vorágine económica en la que vivimos ha ocasionado que confundamos comprar un producto con votar por un candidato o partido. ¿Cuál es la diferencia? El primero lo usamos, el segundo decide por nosotros y administra intereses.

Las discusiones y análisis públicos sobre la elección en Estados Unidos continuaron, aún en el conteo de votos, en lo políticamente correcto y poco pasaron por lo económicamente útil. Es una bifurcación interesante ya que mientras el consumo y el consumidor son el rey y la reina; seguimos justificando acciones o decisiones políticas en el llamado “deber ser”.

En México el “deber ser” es acabar con la corrupción como tren de alta velocidad a la transformación que, como hemos dicho en este espacio basado en datos de #ColectivoVoto, es el pilar que sostiene la aprobación del Presidente López Obrador. ¿Suficiente? Hasta ahora, sí para lo político. En lo económico, todavía rebotando en los amortiguadores que ya andan preocupantemente desgastados.

Las economías están hipervinculadas. Está de moda lo vintage que en este caso es defender lo que teóricamente hay dentro las fronteras como si la prenda de vestir que nos cubre en este momento o el alimento que nos llevamos a la boca fuese manufactura exclusiva de un solo país. Incongruente, pero real, y, más importante, fuente de votos al menos en México y Estados Unidos en el terreno de lo presidencial.

La elección en el país vecino del norte, más allá del poder presidencial, personifica los cambios en la representatividad que refleja las modificaciones en la sociedad. También es una forma de entender el consumo y sus impactos en las decisiones electorales. La explicación fácil es la diversidad, la profunda es que muestra la #NuevaNormalidad de la sociedad que somos.

Empecemos por Sarah McBride que con 30 años se convierte en la primera senadora estatal transgénero quién declaró “espero que esta noche le demuestre a los niños LGBTQ que nuestra democracia también es lo suficientemente grande para ellos”.

En contraste, el republicando Madison Cawthron de 25 años será el miembro más joven de la Cámara de Representantes. Se califica como conservador constitucional, anti-aborto, pro armas y en contra de la inmigración.

Además, ha manifestado que se postuló porque estaba decepcionado por la forma en que los republicanos manejaron el control de la Casa Blanca y el Congreso. Anticipamos que será un dolor de cabeza para Nancy Pelosi. Por cierto, en la Convención Republicana se levantó de sus silla de ruedas.

También llega al Congreso Marjorie Taylor Greene quien forma parte de QAnon, la teoría de la conspiración de amplio espector en internet basada en el uso de la información. La verdad porque me crees, no porque tenga sustento.

Tres perfiles aparentemente contradictorios, pero reales y representativos de la sociedad que lleva un tiempo convirtiéndose en el enemigo que somos nosotros mismos. 

El discurso de Biden a través del cual perfila su triunfo y busca contener la afirmación Presidente de que irá a la Suprema Corte -voto por voto-, deja tres lecciones para el mundo y sus líderes: los ciudadasnos no somos enemigos, las personas van a dejar de ser bulleadas -vulneradas públicamente por el interés de uno- y nos volveremos a escuchar. Te digo Trump para que escuches … (Pedro).

POR ÓSCAR SANDOVAL
CONSULTOR, SOCIO DE 27 PIVOT
OSANDOVALSAENZ@27PIVOT.COM
@OSANDOVALSAENZ