A lo largo de la historia humana, y en todas las civilizaciones, han existido tres problemas que han captado la atención de la agenda humana: el hambre, las pestes y la guerra. Siendo uno de los más importantes la forma en que se producen y transforman los alimentos. Pero hoy, gracias a la tecnología son problemas que se encuentran bajo control, si bien no están resueltos, existen iniciativas que atienden este problema con la suficiente tecnología para producir más y con un menor costo ambiental.
¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste de un delicioso coctel de camarón? Lo más probable es que los camarones que te comiste hayan sido cultivados en una grana acuícola, como las cientos que existen en México. Si tuviste suerte, estuvieron congelados unos meses. Los intermediarios que los llevaron a la Central de Abasto los mantuvieron así en espera de que su precio subiera para poder sacar una tajada más grande del negocio.
También es posible que tus camarones vinieran de un barco que los transportaba desde Asia, y que hayan estado congelados hasta por varios años, sin que nadie haya tenido ninguna oportunidad de rastrear su origen ni la forma en que fueron producidos.
El camarón de granja ha ido remplazando al que se pesca en el mar, puesto que la pesca de este producto es devastadora para el medioambiente. Cada año, las redes de arrastre arrasan con una porción de suelo marino equivalente al tamaño del territorio de México.
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Lo que hacen las granjas acuícolas no es mucho mejor: la gran mayoría emplea enormes cantidades de agua que luego devuelven al mar contaminada con antibióticos y otros químicos peligrosos.
Atentos a estos problemas, un grupo de jóvenes empresarios mexicanos decidieron buscar en la ciencia, la tecnología y la innovación una solución que permitiera producir camarón de alta calidad, sin contaminar al ambiente y venderlo con la menor cantidad de intermediarios posible, para que llegara fresco a las mesas de los consumidores.
La empresa Atarraya Inc. ofrece el camarón más sustentable del mundo. Tras años de investigación y desarrollo, la marca logró alcanzar otros mercados e inclusive comercializarlos en restaurantes del mercado High End.
También crearon una plataforma de venta online que permite a los consumidores disfrutar de una auténtica experiencia farm to table (de la granja a la mesa) y comer los camarones más frescos del mercado.
Esta empresa puede producir 800% más camarón que una granja tradicional, utilizando solo 5% del agua que usan los sistemas viejos. En las décadas que siguen, la necesidad de alimento de la humanidad habrá rebasado por mucho nuestra capacidad de producción. A menos que hagamos algo al respecto.
Si el modelo que sigue Atarraya Inc. tiene éxito, muchos otros productores podrían reconvertir sus granjas y sumarse a esta nueva tendencia que, a decir de los accionistas y directivos de esta empresa, puede convertir al camarón en la proteína del siglo XXI.
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Elaborada por el equipo de redacción de Disruptive Labs en colaboración con Atarraya Inc.
POR DISRUPTIVE LABS