A pesar de ser una muestra poco representativa de lo que podría pasar más adelante, los resultados de las elecciones en Coahuila e Hidalgo mandan señales de la percepción ciudadana sobre cómo están tomando las decisiones hoy. Se trató de elecciones atípicas por la permanencia de la pandemia, por ser las primeras que se posponen por parte de la autoridad electoral y sobre todo por el contexto político en el que se desarrollaron. Además, fue la primera vez que se utilizaron urnas electrónicas en una pequeña muestra diseñada por el INE, cuyos resultados serán parte de los resultados oficiales.
Sin duda el PAN perdió posiciones importantes en ambas entidades, especialmente en Coahuila, donde pasó a ser la tercera fuerza electoral y perdió su influencia en el Congreso local. Pero el carro completo que obtuvo el PRI muestra el efecto de la percepción en el estado del buen gobierno por parte del gobernador Miguel Ángel Riquelme. De hecho, la recuperación del PRI en Coahuila hizo que siete de los 11 partidos que compitieron, perdieran su registro local, incluidos el PT, PRD, PVEM, Movimiento Ciudadano y tres partidos locales. En el caso de Hidalgo, la distribución de los municipios siguió beneficiando al PRI, pero se mantuvo la pluralidad de partidos en el estado. Resulta revelador analizar la falta de presencia electoral que mostró Morena en ambas entidades.
A pesar de lo publicado por algunas encuestas y las expectativas generales, Morena estuvo muy lejos de mostrar el músculo electoral del lejano 2018.
Los resultados de Morena en esas elecciones coinciden con la conflictividad al interior del partido por la definición de su dirigencia nacional. Adicionalmente, Morena no ha logrado consolidarse en la organización de sus órganos de dirigencia en todo el país y el mismo Porfirio Muñoz Ledo reconoce que el partido no está en buena forma. Al parecer, la opinión pública sigue concentrada en la persistencia de la pandemia y en las noticias sobre posibles rebrotes en algunas entidades. Al respecto, a pesar de los discursos mañaneros, es evidente el incremento de las defunciones y se percibe un cierto desprecio por parte de las autoridades ante la problemática. Total, 87 mil decesos, muertos están, diría López Gatell. Mientras tanto, el Presidente se dedica a leer el periódico para contar cuantas notas le aplauden y cuantas lo critican.
Las elecciones de 2021 se realizarán en otro contexto y con una multiplicidad de realidades locales que no permiten aún hacer una estimación de lo que pasará. Como en el caso de Coahuila e Hidalgo, las encuestas son fotografías de lo que pasa hoy, pero están lejos de predecir qué pasará. Con todo, algunas variables seguirán presentes: (1) aún no se ve el final de la pandemia ni la llegada de las vacunas; (2) la inseguridad y las acciones del crimen organizado no parecen disminuir y la salida del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana no está acompañada de un cambio de estrategia, simplemente busca ser gobernador de Sonora; y (3) la crisis económica aún no se expresa en todo su esplendor y tampoco parece haber algo nuevo, sino más austeridad.
Las elecciones atenderán la realidad de 2021.
POR ARTURO SÁNCHEZ GUTIÉRREZ
DECANO EN EL TECNOLÓGICO DE MONTERREY
@ARTUROSANCHEZG